martes, abril 12, 2011

¿Qué pasa Perú?



Los dados electorales ya están echados: Luego de contarse votos más de 90% de los votos en el país, Ollanta Humala, de Gana Perú, pasó a segunda vuelta junto con Keiko Fujimori, de Fuerza 2011, las dos opciones “no democráticas” según la mayoría de analistas, dejando atrás a dos candidatos (Alejandro Toledo, de Perú Posible y Pedro Pablo Kuczynski, de Alianza por el Gran Cambio) con discursos insertados en el “emprendedurismo”, confiados en que el crecimiento económico les sería blindaje suficiente así como la promesa de respetar la libertad de expresión, entre otras ganancias de la joven democracia peruana.
Cierto, Humala cambió de piel, gesto político clave para su posicionamiento. Se quitó el ropaje dogmático de las elecciones del 2006 (donde perdió en segunda vuelta contra Alan García), tanto en la retórica como en la imagen. Su discurso fue reposado, nada que ver con los antípodas de la verborrea radical de hace cinco años. No apareció siempre ataviado de su típica camiseta roja con la inscripción “Amor por el Perú” sino enfundado en impecables trajes y camisas que le daban un aire moderado.
Pero además de que ganó el voto de los jóvenes porque habló de sus temas: guarderías para niños, el acceso a educación y la posibilidad de una mayor movilidad social, su referente social fueron los sectores populares, que son la mayoría electoral. Demostró tener una campaña ordenada que se nutrió de las experiencias anteriores, con la que logró mantener su liderazgo.
Y hay que reconocerlo: Humala tuvo -tiene- excelentes asesores que le ayudaron -ayudan- a demostrar eficacia como candidato, tanto en su propuesta programática, que plantea un cambio económico y político para afrontar los problemas de fondo, como en su estrategia política que ha ido de menos a más, sin caer en los lugares comunes, que lo emparentaban con el desorden de su primera campaña. Esto parece haerb sido la fórmula ganadora para esta primera ronda, pero, ¿será suficiente para la segunda?
Todos lo sabemos. Inicia una etapa de duras negociaciones. Los seguidores de Keiko parecen ver con buenos ojos unirse con los de Kuczynski, quien quedó en tercer lugar, mientras que los nacionalistas de Humala simpatizan con las ideas de Toledo y ven como opción hacer alianza con ellos.
En los próximos días, al darse a conocer el 100% de los resultados, se concretarán importantes alianzas entre los dos grupos políticos que disputarán la segunda vuelta. Y ahí se verá el panorama electoral mucho más claro.

Para reflexionar…
Para buena parte de los políticos, lo más importante es mantener los niveles de crecimiento que hacen del Perú la envidia de la región. Sin embargo, parece obvio –tomando en cuenta los resultados del pasado domingo 11 de abril– que esto no es suficiente para buena parte de la sociedad, aquella que sigue viendo a sus hijos morir de hambre, de frío, de malnutrición o de enfermedades perfectamente curables. Una auténtica vergüenza para cualquier país.

Sea quien sea el vencedor de los comicios del próximo 5 de junio, no debería perder un sólo minuto de su tiempo para enfrentar de una buena vez la penosa situación de esos grandes olvidados, que aún no han visto los beneficios del descomunal crecimiento que está experimentando el país andino.

lunes, abril 04, 2011

Aplaza Chávez su “capricho” nuclear tras Fukushima

“Lo digo ante el mundo. Venezuela va a comenzar el proceso para desarrollar energía nuclear con fines pacíficos. Pero no vamos a hacer bomba atómica, así que no nos vayan a estar después fastidiando (…)”, afirmó tajante el presidente de Venezuela Hugo Chávez luego de llegar a un acuerdo con el Primer Ministro ruso Vladimir Putin para desarrollar energía nuclear con fines pacíficos en Venezuela. Corría el año 2009.
El convenio, ratificado un año después, preveía la construcción y activación de un reactor para proyectos de investigación y producción de radioisótopos en medicina e industria, así como una central nucleoeléctrica para electricidad.
El reactor se echaría a andar en cuatro o cinco años, mientras que la central tardaría 12 años en entrar en operación. El primer turbogenerador comenzaría a funcionar en 2022 y luego, cada dos años, se irían incorporando los tres restantes.
Para finales de la segunda década de este siglo, Venezuela habría contado con una planta de generación nucleoeléctrica.
¿Viable o demagógico?
Aunque el país sudamericano depende de la hidroelectricidad y sufre con las sequías que lo dejan sin energía para sus industrias, y a pesar de que las predicciones y exploraciones numéricas de consumo de energía hasta 2050 -basadas en un crecimiento de población conservador de unos 10 mil millones de habitantes- aseguran que la comunidad internacional tendrá que aumentar dramáticamente la capacidad instalada de reactores nucleares, el mundo le cayó encima a Chávez tras el anuncio.
Por un lado, el costo del proyecto, según los cálculos del experto nuclear venezolano José Mendez, feroz crítico del proyecto, sería de 16, 800 millones de dólares.
Por otro lado, los opositores de Chávez aseguran que éste quiere aprovechar la coyuntura para ganar posición jerárquica en el ámbito internacional, mientras Rusia busca crear una “especie de punta de lanza en América Latina”.
Hay más. Mendez y otros como él aseguran que el plan es irresponsable y demagógico. Venezuela carece de infraestructura para instalar ese tipo de plantas, que requieren estudios específicos, marcos regulatorios, reglamentos de protección radiológica, además de ratificación de tratados internacionales como Tlatelolco para la Proscripción de las Armas Nucleares en América Latina y el Caribe, y el de No Proliferación de Armas Nucleares.
“La opción nuclear se debe considerar pero nunca con este régimen de irresponsables, incapaces y violadores de nuestra constitución y leyes (…) no tenemos las instituciones, ni la independencia de poderes, para (ello en estos momentos)”, opina Mendez.
Pero quizás más peligroso es que detrás del proyecto chavista aparece la mano del régimen Iraní, liderado por Ahmadinejad, cuyo plan nuclear sí es bélico, o al menos eso dice la gran mayoría.
El “capricho” nuclear de Chávez “tiene que ver con el abuso de la energía nuclear, especialmente con el proceso de enriquecimiento de uranio en Irán”, sentencia ahora Méndez.
Congela Venezuela… por ahora
Hace ya casi un mes, el tsunami posterior al devastador seísmo de 8.9 grados Richter en Japón dañó el sistema de refrigeración de la central de Fukushima Daiichi, y provocó, entre otras cosas, la contaminación de productos japoneses de exportación. Desde entonces, operarios, militares y bomberos mitigan el sobrecalentamiento de los seis reactores de agua en ebullición.
Ni corto ni perezoso, Chávez tardó poco en reaccionar:
“Por el momento, he ordenado que congelemos los planes que hemos venido adelantando del programa nuclear pacífico” firmado en 2008 con Putin, sentenció.
“Lo que ha pasado (en Fukushima) es sumamente riesgoso para el mundo entero, porque a pesar de la gran tecnología y los avances de Japón, fíjense lo que ha venido ocurriendo con algunos reactores nucleares. Aún no se sabe exactamente la magnitud del problema nuclear en Japón”.
Y concluyó, con ese tono futurista que a veces adopta: “No tengo la menor duda de que esto va a alterar de manera muy fuerte los planes de desarrollo de la energía nuclear en el mundo”.
Muchos en su país y en el extranjero, como Méndez, no le creen. El presidente bolivariano “cambia como el viento. (Hace poco) el diputado Luis Acuña, Jefe del Comité de Energía de la Asamblea Nacional manifestó que el interés del gobierno en materia nuclear sigue vigente”.
Chávez tiene una asombrosa capacidad de superarse a sí mismo. No sería raro que en cuanto se diluya lo mediático de la crisis nuclear en Japón, nos sorprenda con una nueva revelación sobre este espinoso, y crucial, tema para Venezuela. Recordemos que dijo “por el momento…” Stay tuned!