sábado, marzo 25, 2006

Maria Lourdes Pallais

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Flemática, pero no tolera la misoginia: Mónica Serrano




Flemática, pero no tolera la misoginia: Mónica Serrano

Por María Lourdes Pallais

México, 15 Mar (Notimex).- Su semblante parco y sobrio adquirió varios matices cuando habló de la misoginia "de hombres y mujeres" y al recordar a su recién fallecido padre, Pedro Serrano Maas, de quién aprendió "el amor por las instituciones", la integridad y el valor de la tolerancia.

Es la académica Mónica Serrano, investigadora del Colegio de México (Colmex), una especialista bilingüe en derechos humanos y seguridad, con un doctorado de la Universidad de Oxford, un marido británico y una hija trilingüe de nueve años, Juliana.

La luz mañanera iluminaba su pequeño despacho, atiborrado de libros destacadísimos, la mayoría en inglés; de papeles y documentos por doquier, en el misterioso desorden de una profesional ilustre, cuando el rostro hasta entonces imperturbable, casi flemático, de la investigadora, cambió de manera sorprendente.

Tras esperar que terminara de escribir un correo electrónico y de iniciar una apacible plática sobre sus quehaceres profesionales y familiares, Mónica, una mujer contenida y cultísima, que parece hablar mirando al ocaso, soltó sus riendas, sin perder ni la serenidad de su presencia ni la precisión de sus palabras, pero sí la circunspección de su rostro.

Todo empezó con la penúltima pregunta, casi inocente, de la entrevista que sostuvo con Notimex, que respondió tras unos momentos de reflexión.

¿Ha tenido que luchar contra la misoginia del mexicano?
Yo creo que no podemos hablar de la misoginia del mexicano. Si miramos en diferentes estratos sociales, vemos a mujeres muy activas, muy comprometidas con lo que hacen. Como la mujer que me cuidó de niña, que hot tiene dos hijos egresados de la UNAM, una mujer con una inteligencia excepcional.

Aún no había contestado de manera directa, pero lo hizo, tajante, después de una pausa que duró segundos. La investigadora del Colmex no se considera una mujer combativa, aunque sí "en términos de ideas".

"Lo que sí me preocupa y no tolero es la misoginia utilizada como arma para descalificar o marginar. En ese sentido, la misoginia puede ser utilizada tanto por hombres como por mujeres. No la tolero cuando se utiliza para descalificar lo que uno expresa con convicción, incluso vehemencia, como algo emocional".

Si el ecuánime tempo de sus palabras no transmitió su vehemencia, sí lo hizo su expresión, que pasó de impávida a penetrante, casi devastadora. Era la mirada sutil, pero de lince, de una mujer dolida en su más recóndita intimidad. Hizo otra brevísima pausa, siempre mirando al ocaso.

Prefirió no profundizar en aquello que le había provocado esa intolerancia. Ella, la niña que aprendió de su padre la tolerancia, lo que confesó al responder la última pregunta, que, si bien no le provocó llanto, sí le cambio el tono de voz de manera contundente.

¿Quién es su modelo? Mi padre, Pedro Serrano Maas, médico investigador, fundador del Servicio de Endocrinología del Instituto Nacional de Cardiología, quien acaba de morir.

Por unos minutos, respetamos la pausa de su duelo que llenamos con algunos lugares comunes. Antes de acordar el día y hora de la entrevista, por teléfono, ya Mónica había mencionado su devoción por su padre, cuya reciente muerte, la había afectado profundamente. Aún no la supera, confesó.

Por el hilo telefónico, lo había dicho segura, contenida, al mando. Cara a cara, lo dijo con ternura, con un destello de amor que rompió el tono, la nitidez académica -sin que ella misma se diera cuenta-de su discurso.

"Mi padre fue un hombre que amó lo que hizo. De él aprendí el amor por las instituciones, a reconocer la importancia de las instituciones. Aprendí el valor de la integridad y el valor de la tolerancia. Es la herencia que me deja y que hoy reivindico".

Cuando terminó de hablar de su padre, recuperó su expresión estoica y hasta altiva, la misma que había mantenido durante la charla con Notimex durante más de media hora.

No en balde, desde hace muchos años, mantiene una relación estrecha con la flemática Inglaterra, donde ella y su marido tienen un segundo hogar.

Mónica Serrano es una mexicana que vivió en Inglaterra desde 1986 hasta 1990. Ahí, en la Universidad de Oxford, obtuvo un doctorado y luego, en la Universidad de Londres, su primer empleo académico como investigadora.

Más tarde, entre 1993 y 1998, estuvo a cargo del programa sobre México del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Londres, donde publicó una serie de documentos sobre "el proceso de apertura de liberalización política que culmina en la transición de la democracia en el año 2000", contó.

Evidentemente, absorbió la personalidad impasible que caracteriza a los británicos. Pero regresó a México aunque, hasta ahora, mantiene "un pie en Inglaterra" y otro en nuestro país como académica e investigadora del Centro de Estudios Internacionales del Colmex.

Lo hace por varias razones que se entrelazaron en su destino. La mujer del ropaje académico se enamoró de Paul Kenny, un profesor de literatura del Kings College, con quien se casó e "importó" a México poco después.

Ahora, la pareja vive en la Colonia Mixcoác de la Ciudad de México, donde Mónica creció; tiene una hija única, Juliana, que domina el español, el inglés y ahora hasta el francés.

Quizá para darle un respiro por unos minutos, obviamos el tema de su hija, de su esposo y de su familia para preguntarle sobre sus especialidades en el Colmex.

¿Cuáles son sus temas de investigación en el Colegio de México?
Me he especializado en los temas de seguridad desde que terminé la licenciatura. Mi tesis fue sobre la doctrina nuclear de Estados Unidos, tema que ese momento me despertó mucha curiosidad, Al terminar la licenciatura, me fui a Oxford y he continuado desde entonces estudiando y concentrándome de manera muy especial en esa vertiente de la seguridad y cómo incide o afecta en muchos otros planos.

¿Es este otro país del que dejó cuando se fue a Oxford?
Yo creo que sí es otro país. Bueno, ningún país cambia radicalmente, pero del país que yo dejé en el 86 al que vivimos hoy, estamos viendo justamente la culminación de muchos de los procesos que inician justamente a finales de los 80s y que se conocen como un proceso de apertura y de liberalización política.

Era hora de descubrir más sobre la mujer que se esconde detrás de la analista política. Le preguntamos sobre su vida cotidiana. El giro de la conversación no pareció sorprenderle.

¿Cómo es un día típico de Mónica Serrano?
Trato de levantarme temprano para darme tiempo para hacer ejercicios. Tengo una hija de seis años, Juliana. Un esposo está mucho en la casa y colabora con los quehaceres de la casa, preparamos el desayuno juntos, son momentos de premura y de prisa en las mañanas pero también de una intimidad familiar muy dulce.

Su expresión suave regresó por unos segundos, y la mantuvo cuando explicaba que su trabajo académico le permitía trabajar en su casa y dedicarle tiempo a su hija.

"La maravilla del trabajo académico es que también puede combinarse con la vida familiar, con el esposo que tengo y con la hija que estamos educando. Ayer en la mañana mientras yo ordenaba papeles, recortes de periódicos, mi hija, aunque está aprendiendo a leer, agarró un libro y se puso a ver figuritas. Los martes me quedo (en el Colmex) más tiempo, porque mi hija tiene actividades y se queda en la escuela hasta las cinco o seis de la tarde. Los otros días la recojo para darme tiempo con ella. Paul y yo nos turnamos".

Pero siempre lleva trabajo a su casa, confesó sin vergüenza alguna. Lo comparte con su esposo.

¿Cómo trabaja con su esposo?
Es complicado, pero cuando funciona es un proceso maravilloso. Lo hacemos muchas veces comentando una notita en un tema específico, armamos un script, y luego le vamos poniendo las piezas del rompecabezas, generalmente en las noches ya cuando Juliana se durmió.

¿Hablan en inglés o en español?
En inglés. Lo conocí en inglés.

¿Y los trabajos que hacen juntos, son en los dos idiomas?
Mis trabajos son en los idiomas.

Me decía que estuvo muchos años con un pie en Inglaterra y otros en México, ¿cómo está ahora?
Estando casada con un inglés, tenemos una casa en Londres y sigo muy vinculada profesionalmente a Inglaterra. Soy investigadora asociada del Centro Internacional de la Universidad de Oxford. Entonces para mi es muy importante académica e intelectualmente el vínculo con Inglaterra en términos personales y profesionales.

¿Viaja allá de manera frecuente?
Por lo menos una vez al año. Ahora voy a dar un curso desde mediados de abril hasta junio en Oxford sobre defensa internacional desde América Latina.

¿Entonces sigue con un pie aquí y otro allá?
Un poco más aquí. Y así hemos estado los últimos dos, tres años pero mucho dependerá de dónde nos lleva Juliana también.

¿Ella es su prioridad?
Son dos amores (trabajo y familia). Son dos aspectos imprescindibles de mi vida. Yo tengo sólo una hija, pero imagínate que le pregunten a un padre cuál de sus hijos prefiere, es una pregunta imposible.

Estaba por terminar la media hora que nos había advertido tendría para la entrevista. Fue entonces que le preguntamos sobre la misoginia y sobre su padre. Y alcanzamos hacerle un par de preguntas más.

¿Cuál es su palabra favorita?
Esperanza.

¿Por qué?
No es la fe que te lleva a pensar que las cosas van a cambiar por acto de voluntad divina. La esperanza tiene que ver con la idea de que las cosas pueden ser de otra manera. Para que sean de otra manera uno tiene que poner de su parte. Tiene que caminar en esa dirección.

¿Y la palabra que más rechaza?
Lo que más disgusto me provoca es la intolerancia, la pretensión, lo artificial.

Mónica comentó que no tendría otro hijo, aunque Juliana lo pidió por mucho tiempo. Para ella, en México, tener más de un hijo es "complicado", especialmente "sin subsidios", como en el Primer Mundo, o sin ayuda doméstica, como en su caso.

Con una sonrisa parca, Mónica se despidió agregando, apoyada sobre la puerta de su cubículo, algo que nos dijo quería elaborar para que quedara claro. "Para poder combinar el trabajo y la familia, es esencial tener recursos económicos, aquí como en Inglaterra. A eso me refería con lo de los subsidios".

Lorena Ruano Gómez, una mexicana transnacional




Lorena Ruano Gómez, una mexicana transnacional

Por María Lourdes Pallais

México, 22 Mar (Notimex).-. Las tardes son para Amin, su pequeño hijo de un año. Las mañanas, para el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE). Tiene tiempo para "armar relajo" cuando no la ubican en el nivel que le corresponde en un panel académico, pero no para maquillarse.

Lorena Ruano Gómez, quien prefiere leer o dormir que ir de tiendas, no parece una rigurosa académica. Más bien, luce como una estudiante, o por lo menos una estudiosa, alguien que pasa horas leyendo a Flaubert o a Maupassant, cosa que hacía cuando estudiaba en el Liceo Francés en la Ciudad de México.

Hoy, décadas más tarde, es trilingüe, aunque, cuando se trata de escribir ensayos académicos, prefiere hacerlo en inglés. El francés, siempre para la literatura. Y el español, su idioma materno, el de todos los días.

La graduada del Colegio de México, doctora en Relaciones Internacionales de la Universidad de Oxford y profesora Investigadora de la División de Estudios Internacionales del CIDE, recibió a Notimex en su pequeña pero acogedora oficina de la burbuja privilegiada con sol y aire puro que es ese centro de investigación.

Lorena, de corta estatura y andar seguro, llevaba un pantalón color café claro y una camisa color mamey, sin gota de maquillaje. El primer comentario fue inevitable:

Pareces más una alumna que una doctora o una profesora...
Me dicen que me veo joven, no que parezco alumna. Me lo dicen de manera positiva, no que no inspiro respeto.

Su respuesta no fue defensiva. Fue natural, como ella. Y es que, a primera vista, resulta difícil imaginarse a esa joven mujer en un podium dando cátedra. Por algo dicen que las apariencias engañan.

¿Por qué escogiste la academia?
Porque siempre fui buena alumna. Lo único que sabía hacer cuando acabé la carrera en el Colegio de México era estudiar. Me fue muy bien. Quería seguir estudiando porque, ­es lo único que sé hacer! Sólo sé dar clases, leer y escribir. Siempre he sido una lectora compulsiva. Mi padre es editor. En mi casa siempre hubo muchos libros. Mi hermana mayor estudió literatura, y yo, por influencia, empecé a leer mucha literatura. Siempre hubo debate intelectual en mi casa, y yo era muy buena alumna. Cuando acabé la carrera decidí irme a estudiar un postgrado y me la pasé bomba.

¿Por qué a la Universidad de Oxford?
Porque buscaba una universidad buena, pero no quería irme a Estados Unidos. Para empezar porque quería especializarme en estudios europeos y me parecía más lógico Europa, y por otro lado, yo quería un sistema educativo que fuera más libre, muy autodidacta, mucho menos escolar que el norteamericano. También estaba un poco harta del sistema tan rígido del Colegio de México, y varios de mis profesores estudiaron en Oxford. Me quedé cinco años en Oxford.

¿Cómo te fue en Inglaterra?
Fui muy feliz en Inglaterra, a diferencia de muchos mexicanos que se la pasan extrañando, yo me la pasé super bien.

¿Absorbiste algo de la flema inglesa?
Muchísimo, porque mis mejores amigos y compañeros de casa eran ingleses. Me fascinaba la política británica. Me encantaba ver los debates en la tele. Seguía muy de cerca los periódicos. Era la única latinoamericana que no estaba estudiando estudios latinoamericanos.

De Inglaterra pasó a hacer un doctorado en Italia, "el país más bonito de Europa", cuenta. En Florencia tenía "la mejor oficina que jamás tendré en la vida, con una vista del duomo" y la comida era "fantástica". Si Lorena la pasó bomba en Oxford, en Italia tampoco le fue tan mal.

Todo eso lo hizo estando soltera. Desde hace un par de años vive con Ali Hauser, un mexicano que trabaja en PEMEX, y la pareja tiene un hijo de un año y nueve meses, Amin. La vida cambió para Lorena. Lo que antes hacía en un día, ahora lo tiene que hacer en medio, cuenta.

¿Cómo combinas tu vida académica con tu familia?
Es complicado, agotador. Yo me levanto a las siete, baño al niño, me meto con él a la regadera, desayunamos. Ali sale a las siete. Yo a las ocho y media. Dejo al niño en la guardería. Doy mis clases y salgo del CIDE como a las cuatro, recojo al niño, nos vamos al parque o nos quedamos en la casa jugando. A las ocho lo acuesto. Ali llega como a las seis y está como una hora con él. Hablamos por teléfono con las abuelitas y como a las 10 y medida de la noche ya estamos en la cama. Pero a veces si salimos los fines de semana. Ahora hago yoga dos veces a la semana.

¿Eres tensa?
Sí, !­con este ritmo!

Pero la vida académica se presta a combinarla con la familia...
Sí, la verdad, yo estoy muy contenta con esta profesión. También tengo muchas vacaciones.

Entonces no es tan complicada...
­Cómo no! Estoy todo el día corre, corre, me voy corriendo del CIDE para ocuparme de Amin. Y ocuparse del niño también es otro trabajo. Sobretodo tan chiquito, requiere mucha atención. La academia también tiene sus contras. Se espera que los académicos salgan de viaje a conferencias. Para mi ahora salir de viaje es muy complicado. También debería ir a cenas y recepciones que me invitan por la tarde y noche, pero no puedo.

¿Dejarías la vida académica por tu familia?
Sí, pero es una decisión que preferiría no tomar. ¿Haber tenido una educación tan cara para no trabajar?, !­no!

¿Eres ambiciosa?
Yo creo que sí, aunque le he tenido que bajar bastante porque he tenido que aprender a decir que no a muchas cosas. No puedo ir a todas las conferencias que quisiera, ni escribir tanto como quisiera, ni tengo el tiempo de leer tanto, etc.

¿Te consideras una mujer fuerte?
Sí, fuerte, pero no "
tan"
femenina. No voy muy maquillada. No tengo tiempo de cuidar mi apariencia, ni ir de compras. Tengo otras prioridades. Prefiero quedarme leyendo el periódico en mi casa, o durmiendo, que irme al salón.

¿Te gustaría tener otro hijo?
Me gustaría tener otro hijo pero que coincidiera con mi sabático para poderme dedicar más al niño. Fue un shock para mi dejar a Amin de cuatro meses en la guardería.

A pesar de que asegura que en el mundo académico la misoginia no es muy común, en su más reciente viaje al extranjero tuvo que "armar un relajo" para que la ubicaran en el panel que "me correspondía" y fue la única mujer ahí. Las demás féminas fueron ubicadas en "paneles temáticos".

¿Cuáles son las cualidades que más admiras más en una mujer?
La capacidad de tener empatía. Y sobretodo la capacidad de hacer 20 cosas a la vez.

¿Cómo te definirías?
Soy una mezcla. Soy un híbrido de culturas para empezar. Mis padres son españoles, yo crecí aquí pero me eduqué en el Liceo Francés. Viví en Inglaterra, en Italia. Mi compañero es una combinación de otras 20 cosas. Pues sí me considero transnacional.

¿No mexicana?
Pues sí, pero llego a España y me adapto rápidamente. En Inglaterra estaba como pez en el agua comiendo fish and chips. No había problema. Y en Italia, ni se diga.

¿Qué es más fácil para ti: empacar una maleta o adaptarte a una cultura?
Las dos cosas son fáciles.

Recomiendan a mujeres la práctica del karate



Recomiendan a mujeres la práctica del karate

Por María Lourdes Pallais

México, 1 Mar (Notimex).- Aunque sea un arte marcial que se basa en la acción muscular para desarrollar fuerza, el karate no le resta feminidad a la mujer y además, le enseña a defenderse sin armas, asegura a Notimex Alfredo López Abreu, cinta negra y maestro de la Universidad Autónoma Metropolitana en Iztapalapa.

"El karate incorpora el ying y el yang (contrarios dependientes que deben estar siempre en equilibrio), lo que permite que el arte marcial sea practicado con éxito tanto por mujeres finas, femeninas y delicadas, como por hombres robustos y musculosos", asegura el maestro con 30 años de experiencia.

El karateca recomienda la práctica para mujeres "como un medio de mantener la buena salud, perfeccionar su carácter, fomentar el espíritu del esfuerzo, honrar los principios de ética y abstenerse de acciones violentas, así como una forma de defensa personal sólo con el cuerpo, sin armas de ningún tipo".

El desarrollo de una conciencia limpia y la defensa personal sin armas de fuego no son privilegios del hombre, agregó.

Lo sabe bien la campeona mundial de karate, la poblana Yadira Lira, aunque el mes pasado haya anunciado su posible retiro después de los Juegos Centroamericanos y del Caribe, para "crecer en otros aspectos" tras haber cumplido "el sueño de mi vida: ser campeona mundial".

Si Yadira se va quedan muchas mujeres sino campeonas, sí profesionales y amantes del arte marcial en México, que es sobretodo una herramienta para "entender la realidad", en palabras de Sensei (maestra) Elsa Escamilla Ramírez, cinta negra desde 2002.

Para ella, como mujer y licenciada en psicología social, haber dedicado su vida a enseñar y practicar karate requirió de un doble esfuerzo.

"Estoy orgullosa, más no conforme con lo que hasta hoy he logrado. Como mujer el esfuerzo ha sido doble, pero vale la pena", expresó Escamilla, quien cuenta, hasta ahora, con más de 150 trofeos y medallas ganadas en diversos torneos en México y en el extranjero.

La también fundadora de la escuela Rasenkei Karate-Do en México y de la categoría pre-karate (una etapa preescolar del arte marcial para niños y niñas de tres años hasta los cinco años 10 meses) agregó:

"Cada vez que gradúo a un alumno de cinta negra y me percato que tiene valores, sensibilidad, dignidad, sencillez y lucha por sus objetivos, me doy cuenta que mi trabajo no fue en vano, que mi cosecha empieza a dar frutos", comentó.

Para muchos como López Abreu, el arte marcial -cuya práctica fue incorporada a finales del siglo XIX como parte de los programas de educación física en las escuelas de Okinawa, Japón- "es una disciplina que se puede ejercitar a lo largo de toda la vida, con un cuidado igual para hombres y mujeres".

López Abreu también lo define como "un código de honor, justicia y respeto, una filosofía que nos enseña a entender la vida, amarla con nobleza y humildad".

En sus inicios, el karate se llamo simplemente "te" (mano). Más tarde, cuando se incorporó a los programas de educación física en las escuelas de Okinawa, y debido a su popularidad creciente en Japón, se le renombró como karate para distinguirlo del "tode", una forma de mano originaria de China.

En 1949 se formó la Asociación Japonesa de Karate pero fue hasta casi 40 años después, en 1980, que la mujer empezó a participar en campeonatos mundiales.

Convence campaña "Probada en curvas reales" de mujeres, no modelos



Convence campaña "Probada en curvas reales" de mujeres, no modelos
Por María Lourdes Pallais

México, 22 Feb (Notimex).- La campaña "Por la Belleza Real", ha desafiado con éxito los cánones de la publicidad tradicional, que favorece a esqueléticas modelos, al seleccionar a mujeres de carne y hueso, de diferentes tallas y edades, para sus anuncios y espacios de televisión.

En una avenida de la Ciudad de México, cuatro peatones no pudieron resistir detenerse ante un anuncio que lee, "probado en curvas reales", donde se aprecia a un grupo de mujeres en ropa interior, cuyos cuerpos lucen estéticos aunque no precisamente esbeltos.

Las transeúntes entrevistadas por Notimex coincidieron en que las féminas reflejadas en el anuncio expresan vitalidad, seguridad, alegría y además, logran transmitir las "ganas de imitarlas". A un costado del espectacular, aparecen los envases del protagonista: Sistema reafirmante Dove.

"Es un concepto interesante y nuevo. Al poner a esas mujeres más llenitas y que no son modelos se acercan más a las personas", opinó Brenda, una joven madre de dos pequeños.

"Son mujeres de carne y hueso. Una se parece a mi hermana mayor", expresó divertida Susana, una estudiante de arquitectura de la UNAM. "Caen bien, da gusto verlas," agregó.

"En serio, son como uno. O sino lo son, dan ganas de imitarlas", expresó Isabel, una guapa profesionista originaria de Monterrey, de visita en la Ciudad de México.

En tanto, Miriam, una adolescente que disfrutaba los primeros vientos de la primavera, tampoco pasó por alto el espectacular de las "curvas reales" en la Avenida Xola.

"Lo primero que piensas cuando lo ves es que sí funciona", aseguró. Aunque el producto que se anuncia es un tratamiento reafirmante que seguramente Miriam no necesita, ella observó: "Eso no importa, a todas las mujeres nos preocupa vernos bien".

Por su parte, Norma Fuentes, una ama de casa de complexión robusta y caderas prominentes, opinó escéptica: "seguramente lo pusieron así para atrapar más compradoras porque sí llama la atención pero habría que probarlo".

Pero Norma admitió que ella estaría dispuesta a adquirir el producto.

Estereotipos dañinos

Las trágicas consecuencias ocasionadas por los estereotipos idealizados de belleza femenina que impone la propaganda moderna son de sobra conocidos. La anorexia y la bulimia son dos ejemplos de trastornos alimenticios provocados, en general, por la necesidad de parecerse a las modelos.

En atención a esa problemática, la marca Dove inició un estudio global, La verdad sobre la belleza. Fueron encuestadas 3,500 mujeres de Argentina, Brasil, Canadá, Francia, Italia, Japón, Holanda, Portugal, España, Reino Unido y Estados Unidos.

Las conclusiones fueron realmente interesantes: sólo un 2% de las entrevistadas se calificaron como bellas. Fue así como Dove inició la campaña Por la belleza real, con un fin muy ambicioso: replantear el concepto de belleza y recuperar la belleza para todas las mujeres.

Por la belleza real fue lanzada primero en Europa a principios de 2004 con anuncios para los que se seleccionaron seis mujeres comunes por su personalidad y seguridad, que fueron retratadas por el fotógrafo Ian Rankin sin maquillaje ni retoques.

Enseguida hubo reacciones positivas de la prensa y el público. El Daily Mail británico calificó la campaña como"el fenómeno publicitario del año".

"Las mujeres son constantemente bombardeadas con imágenes que muestran una perfección inalcanzable. Cuando una chica se mira en el espejo y no se ve como las mujeres de las revistas o la TV, no resulta sorprendente que su autoestima pueda verse afectada", dijo entonces Linda Papadopolous al diario británico Daily Mirror.

"Es genial que grandes empresas estén comenzando a escuchar lo que realmente preocupa a las mujeres", agregó.

Las fases y los desfases de Soledad Loaeza



Las fases y los desfases de Soledad Loaeza

Por María Lourdes Pallais

México 1 Marzo (Notimex).- Cálida y distante a la vez, con una inflexión casi infantil, Soledad Loaeza se confiesa incapaz de combatir la pobreza de México ("cobardemente la veo en abstracto"), no escribe ficción por temor a "que me regañen" y aunque ella no se considera autoritaria, sí reconoce ser terca y admira a las mujeres que combinan la fuerza y la calidez.

La investigadora no estaba en su cubículo del Colegio de México (Colmex) a la hora pactada para la entrevista con Notimex y hubo que buscarla en los corredores laberínticos del lugar. "Mil disculpas", dijo parca antes de sentarse en su pequeño espacio de trabajo en cuyas paredes cuelgan dos imágenes de mujeres que la politóloga admira: la escritora británica Virginia Woolf y la famosa imagen de la Adelita de A. Casasola.

De la primera dijo: "ojalá pudiera escribir como ella, pero es imposible. Sólo ella escribe como Virginia Woolf". Y sobre la segunda: "es la lealtad y la fuerza de la mujer mexicana".

Iniciamos la plática repasando su impresionante currículo. Soledad Loaeza es Doctora en Ciencias Políticas del Instituto de Estudios Políticos de París); Investigadora y maestra de Relaciones Internacionales en el Colegio de México (Colmex).

Además es editorialista; miembro del Sistema Nacional de Investigadores, Nivel III de Colmex, de la Academia Nacional de Ciencias y directora adjunta de Foro Internacional; fue coordinadora del Centro de Estudios Internacionales de Colmex (1976-1977); directora del Centro de Estudios Internacionales (1987-1992) y madre de tres hijos varones, felizmente casada.

-¨Cómo se definiría usted? Yo básicamente soy una maestra y una investigadora.

¨Y si tuviera que dejar alguna de esas dos actividades? Ay no, sería muy difícil. Disfruto enormemente dar clases y mi docencia es un apoyo de mi investigación. No puedo concebir la investigación sin docencia. Son dos actividades complementarias y me cuesta mucho trabajo pensar que tendría que dejar alguna de ellas. No puedo concebir una sin la otra. También soy periodista, editorialista: eso sí lo puedo dejar de hacer, aunque me divierte muchísimo.

-Pero sí lo podría dejar. Haría otra cosa por el estilo.

-Si no fuera maestra e investigadora, ¨qué otra profesión hubiera escogido? Quizás habría sido escritora.

-Pero usted es periodista, editorialista. Soy analista política, y me gustaría escribir ficción, tengo algunos ejercicios de ficción pero no me atrevo.

-¨Por? Las cosas que he escrito más personales no son de ficción, es que no me atrevo (a escribir ficción). Recuerdo a una amiga escritora americana, Mary Gold, cuando le dije "no me atrevo", me dice "¨quién te va a castigar?"

-¨Quién la va a castigar? Como niña tímida, contesta: No sé.

-¨Y la profesión que menos hubiera querido hacer? Bueno cualquier profesión que te pone un jefe.que son muchas (risas).

-¨Es usted autoritaria? No creo. Tengo reglas claras, pero mis hijos jamás se habrán quejado de que soy autoritaria, nunca, al contrario: no sé que querrá ser una madre autoritaria.

-Una que impone su opinión. No, tampoco tengo esa fuerza, ni la he tenido nunca, no creo en eso: creo en la persuasión. Trato de ser conciliadora, cuando he tenido cargos de responsabilidad. Por ejemplo, cuando fui secretaria general del sindicato, uno se da cuenta de que uno tiene que ejercer enorme disciplina sobre uno mismo: tiene uno que controlar sus simpatías, sus antipatías. ¨qué argumento? ¨y cómo trato de convencer a la gente de lo que yo creo? También lo hago. A veces eso se confunde con testarudez o incluso con autoritarismo. Nuevamente las mujeres que más éxito tienen son las que no se defienden.

-¨"Éxito" en qué sentido? En todo. Las que no se defienden.

La expresión del rostro cambia un poco. Su expresión es ahora casi rígida, severa. Se ha puesto su adusto sombrero de analista política y, adelanta que su candidata es Patricia Mercado porque es "una luchona" aunque, agrega, "la misoginia" de los mexicanos no permitirá que una fémina llegue a la silla ejecutiva en el futuro próximo.

-¨Está México listo para una Presidenta? No, definitivamente que no. La misoginia en México está muy viva, es bastante primitiva, no es sofisticada, es muy bajita, muy elemental.

-¨Es entonces ese un espacio cerrado para la mujer mexicana? Pienso que sí porque los hombres les tienen miedo a las mujeres fuertes, las ven como una verdadera amenaza.

-¨Y lo son? Toda mujer que se resiste es una amenaza. He pensado mucho en esto últimamente. La mujer más popular es la que no se resiste. Recuerdo lo que se decía en los setenta a una mujer violada: "Relax and enjoy it". Ese es el tipo de mujer que los mexicanos tienen en la cabeza. Las mujeres fuertes sí son una amenaza y una buena parte de ellas pasan por la vida simulando que son débiles.

-¨No es su caso? No la verdad. No me propuse ser como soy. Simplemente así fui, como muchas otras. Hay muchísimas mujeres fuertes en México y muchas se sienten obligadas a simular fragilidad, de la misma manera que creo que una mujer que esconde su fuerza tiene mayor capacidad de negociación que una mujer que no la esconde.

-¨Usted no la esconde? No tengo esa capacidad. No es que uno sea fuerte, uno es agresivo. No es que uno tenga la capacidad de defender sus puntos de vista con argumentos sino que uno es terco. Lo que es una virtud en un hombre es visto como un pecado gravísimo en una mujer: que la inteligencia es un atributo masculino por definición. De niña, mi mamá me decía "piensas como hombre".

-Es decir, como niña que piensa. No, las mujeres no piensan, ni como hombres ni como nada. Las mujeres sienten, son sentimientos. Está el otro estereotipo de que la mujer que piensa no tiene sentimientos, es dura, no siente. A mi sí me ha tocado a lo largo de mi vida, y recientemente tuve una experiencia que me hizo pensar mucho en eso, me ha tocado atravesar por ese estereotipo incluso en el seno de la familia.

Su cubículo está tapizado de fotos de su familia, un par de cuadros, y se abultan los libros, los documentos sobre las repisas, y los trabajos de sus alumnas por revisar, sobre dos escritorios. Soledad Loaeza mira de frente a la entrevistadora.

-¨Qué estereotipo encontró en su familia? No misoginia. Mis hijos no pueden ser misóginos, no sólo porque tienen una mamá fuerte, sino porque tienen muchas tías. Yo pertenezco a una familia que somos 7 mujeres, todas muy fuertes; y por el lado de su papá tienen 3 tías muy fuertes. Mis hijos crecieron en un medio de mujeres profesionistas con personalidades fuertes, luchonas, trabajadoras, difícilmente podrían ser ellos de otra forma.

-¨Cree que es posible combinar el éxito profesional con la maternidad? Yo creo que sí; muchas mujeres, de la misma manera que logramos reconciliar la capacidad para trabajar con la capacidad de tener una familia, de llevar una vida familiar.

-¨Usted ha logrado esa reconciliación? Desde luego; yo no soy Super Mujer, pero creo que se puede hacer. Claro, en México y en muchos otros países de América Latina, las mujeres de clase media tenemos una ventaja muy grande frente a mujeres del mundo desarrollado que no tienen el tipo de ayuda que nosotras podemos tener, sin necesidad de ser millonarias: tenemos ayuda en casa, que es muy importante para poder reconciliar el trabajo con la vida familiar (.) y mi trabajo académico es particularmente favorable, porque es muy flexible, los horarios son muy manipulables y se reconcilian con los hijos.

Ríe satisfecha, con rostro de triunfadora antes de contestar cuál es su palabra favorita: "Calidez".

-¨Se considera una mujer cálida? Es lo que me han reprochado. Tal vez es que me dicen que no lo soy. Aunque, claro, hay quien dice eso porque no me conoce.

-¨Y la palabra que más detesta? Desprecio

Ahora endurece el rostro. Frunce un poco el ceño y explica porqué detesta esa palabra, o más bien, porqué detesta a la gente que desprecia:

Me parece inaceptable. Es un sentimiento que no creo que nadie puede experimentar sin auto disminuirse. No creo que nadie tenga el derecho de despreciar a nadie. Yo cuando oigo a alguien decir "desprecio a fulano", en primer lugar, me parece impensable. Hasta el más abyecto criminal, sigue siendo un ser humano.

-¨Cuáles son las cualidades que más admira en un hombre? Desde luego, la inteligencia, la generosidad, la lealtad, la calidez.

-¨Y en una mujer? Pues yo diría que.no la inteligencia necesariamente. Pienso que hemos sobrevaluado la inteligencia. Muchas veces no nos damos cuenta que una mujer es inteligente aunque no haya sido educada. Y creo que muchas veces las mujeres somos descartadas injustamente, porque no hemos tenido la oportunidad de explotar o de desarrollar nuestra inteligencia natural. Creo que la honestidad y la libertad son fundamentales. A mi me molesta horriblemente la trampa. Por eso, muchas veces parezco rígida.

-Respecto a las mujeres jóvenes: ¨Usted piensa que están regresando al pasado, a los valores más conservadores? No, no lo creo, al menos no mis estudiantes. Son infinitamente más desinhibidas, en términos de comportamiento. Ahora hablan igual que los hombres.

-¨Las jóvenes que combinan o quieren combinar profesión con familia? Creo que esto es parejo. Es decir las que prefieren combinar y las que no. Mis estudiantes (de 21 a 30 años), desde luego, son mujeres jóvenes que quieren una carrera, que tienen ambiciones intelectuales; estoy muy orgullosa porque ellas han hecho carreras muy distinguidas.

-Pero, ¨y el matrimonio, la pareja? Bueno, no todas lo han resuelto. Lo que sí han hecho es que han pospuesto los hijos. Yo tuve a mis hijos relativamente temprano. Ellas tienen la carrera resuelta de alguna manera antes, terminan el doctorado, tienen la posición profesional más sólida. Una vez que ya lo tienen hecho, entonces tienen hijos.

-¨Cree que a las jóvenes estudiantes mexicanas "les vale" la política? Bueno, yo estoy en un medio en el que no pueden ser así. A las que les di clases en alguna maestría de género, son activistas, no son nada indiferentes. Claro, yo me he topado con muchísimas mujeres muy sorprendentes, muy dedicadas.

-¨Y quienes son las modelos de estas mujeres? ¨Adelita? No lo sé.

-¨Virginia Woolf? No creo.

-¨La Woolf es su modelo? Si yo pudiera escribir como ella., bueno, nada más ella puede escribir como ella. Pero Virginia Woolf era una mujer tremendamente vulnerable. Es difícil hablar de mujeres como modelos, aunque tengo una admiración por Simon Weil, la política, no la filósofa, que no conozco ni la voy a conocer jamás. Me gustan las mujeres que son capaces de combinar la fuerza y la calidez, que tienen una obvia calidad emotiva, una capacidad de solidarizarse. He aprendido mucho de mis amigas, tengo muchas, y no necesariamente todas están dedicadas a lo mismo que yo.

-¨Y las modelos para las mujeres jóvenes? No lo sé, no les he preguntado, tal vez tendría que hacerlo. No se me había ocurrido, pero me imagino que les llaman la atención algunas escritoras.yo tengo mujeres que han sido mis asistentes, que quieren reconciliar la vida profesional con la familiar, no quieren sólo ser profesionales, alguna vez lo leí: "mujeres que lo quieren todo".

-¨Se puede? Pues yo tengo una bonita familia, estable, bien ajustada, mis hijos trabajan, son hombres de bien, eso es muy importante.

-¨Sale usted alguna vez del ambiente intelectual del Colmex? Siempre, yo, siempre.

-¨Adónde va? Todos los martes juego cartas con mis amigas. Tengo amigas de cuando yo tenía 5-6 años.

-La pobreza en México, ¨la conoce de cerca? Yo viví una pobreza de clase media, muy limitada de dinero, soy la más chica de una familia numerosa. Una de las razones por las que yo creo en la meritocracia es porque, cuando estaba en segundo de primaria, me dieron una beca. Mi mamá sin darse cuenta de lo que estaba haciendo, orgullosamente le decía todo el mundo que no tenía que pagarme mi educación: que yo solita me la pagaba. No se dio cuenta, porque no creo que fuera su objetivo, que desde que yo tenía ocho años, me hicieron sentir que yo sola podía salir adelante. Y sí: fui becaria profesional.

-Me refiero a la pobreza extrema. La pobreza de este país es, evidentemente, algo que me duele, me duele muchísimo. Me duele tanto que, cobardemente, la veo en abstracto.

-Se cierra un poco.Si, porque no creo que tenga la capacidad de combatirla ni de luchar.¨Que es lo más que puedo hacer? Educar a mis estudiantes que vienen de medios muy desfavorecidos y terminan haciendo doctorados en Yale.

-¨Cree que la democracia liberal es el mejor sistema para la felicidad? Sí, sí creo, como (Harry) Truman, pero no me quiero comparar con él (risas), no es un personaje ni admirable ni imitable. Yo creo mucho en la meritocracia, y que únicamente funciona en la democracia liberal. Estoy conciente de que hay individuos que nacen en condiciones muy adversas para su desarrollo, pero también creo que la democracia liberal es el único sistema de gobierno que les daría oportunidad, si no a todos, por lo menos a algunos, para salir adelante.

-¨Se puede jugar con el poder como si fuera un osito de peluche? No, yo creo que el poder es un animal peligroso, que hay que mirarlo con mucha distancia, porque el poder devora a la gente. Quien cree que puede jugar con el poder, termina siendo aplastado por él.

La juventud en hilos, ya no de oro, sino de propileno



La juventud en hilos, ya no de oro, sino de propileno

Por María Lourdes Pallais

México, 15 Mar (Notimex).- Muchos aún le llaman "hilos de oro". Hoy, a ese procedimiento estético para rejuvenecer el rostro femenino sin bisturí se le conoce como "hilos rusos, aptos o antiptosis". El material que se usa ya no es oro sino propileno, que es altamente resistente e imperceptible al tacto.

Así lo cuenta Enrique Estrada Lobato, médico estético dedicado a introducir hilos en la piel de sus pacientes para reacomodar tejidos, mejorar el contorno del rostro, levantar los pómulos y las mejillas, alisar las líneas de expresión y "quitar algunos años de encima".

El especialista, originario de Baja California y que es además médico nuclear, empezó a interesarse por el método hace 10 años, preocupado por las arrugas de su propio rostro.

"Cuando cumplí 30 años me veía despintado, con muchas arrugas y parecía mucho más grande que mi edad. Empecé a estudiar medicina estética y me empecé a hacer cosas yo sólo. Me he inyectado botox, los hilos, vitaminas, etcétera", cuenta el experto de 40 años, quien no tiene una sola arruga y muestra un rostro de niño.

Luego de probar con éxito ese y otros métodos estéticos sin bisturí en su familia y sus amigos, Estrada decidió poner su propio consultorio. Ahora, divide su tiempo entre su consultorio privado y el que tiene en el Instituto Nacional de Cancerología.

La aplicación, comúnmente conocida como "hilos rusos" por la nacionalidad de su creador, el cirujano plástico e investigador ruso Marlen Sulamanidze, causó una auténtica revolución en el campo de la cirugía estética a mediados del siglo pasado.

La técnica conocida como "hilos de oro" llegó a México desde Francia; nunca fue aceptada por la Administración para Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos.

Se llamaba así porque "dejaba una red de hilos de oro en el rostro, pero el oro daba mucha reacción alérgica, se salían los hilos, la piel los rechazaba", cuenta Estrada.

En 2000, cuando los "hilos de oro" se volvieran "rusos" y de propileno, el cirujano plástico brasileño José Antonio Beramendi optimizó las características del implemento.

Asimismo, desarrolló nuevas técnicas de implante que modificaron y mejoraron los resultados de lo que ahora se conoce como "hilos aptos o antiptosis" (que quiere decir sin caída).

El propileno es un material usado desde hace más de 40 años en cirugías de corazón y gastrointestinales, y desde que reemplazó a los "hilos de oro", la FDA también le dio la bendición, relata el cirujano Enrique Prieto. Sigue LA JUVENTUD EN. dos. Prieto En México, nueve de cada 10 mujeres mexicanas prefiere los "hilos rusos" a otros tratamientos plásticos no quirúrgicos, y el médico "que ha tenido buenos resultados y tiene experiencia en este método también lo prefiere", agrega el especialista.

La revolucionaria técnica, que se ha popularizado en México en los últimos tres años, consiste en introducir bajo la piel, por medio de una aguja diminuta, unos hilos de propileno prácticamente invisibles que soportan el tejido adiposo estirándolo y fijándolo en una nueva posición, sin dejar cicatriz.

"Los hilos son un material de sostén que nos va a dar un rejuvenecimiento facial sin necesidad de tener una cirugía más completa", asegura Estrada.

El procedimiento dura unos 45 minutos, no requiere hospitalización, se realiza con anestesia local y de manera ambulatoria.

Aunque Estrada y otros recomiendan tomar antiinflamatorios y antibióticos en el postoperatorio, la inflamación "es mínima por lo que la mujer puede regresar a trabajar en 24 horas", relata el experto.

Estrada cobra mil pesos por hilo introducido y cada procedimiento consta de un mínimo de seis hilos. Sus tarifas son ligeramente menores que los de la gran mayoría de especialistas en México, que cobra entre 12 mil y 13 mil pesos por intervención.

Pero los hilos, muy utilizados en el área facial de las mujeres especialmente para mejorar los surcos a cada lado de la nariz hasta el mentón, levantar las cejas o manejar el ascenso de tejidos caídos en la mejilla, tienen sus limitaciones.

Lourdes Rodríguez Rodríguez, cirujano plástico del Hospital Dalinde de la ciudad de México, alerta contra los hilos fabricados en México y en China, que son de baja calidad, y contra la realización del método por médicos sin título en esa especialidad o en dermatología.

Si el paciente no toma esas precauciones, corre riesgos de adquirir alguna infección, quedar con asimetrías en el rostro o sufrir lesiones en algún nervio de la cara que le provoque parálisis facial, agrega la experta.

Tampoco se recomienda a mujeres obesas o mayores de 60 años. En "la mujer que le sobra piel, ya no mejora esas áreas; es decir, después de los de 55 años aproximadamente", sentencia el doctor Prieto.

Aumenta el número de mujeres que se somete a la liposucción en México


Aumenta el número de mujeres que se somete a la liposucción en México

Por María Lourdes Pallais

México, 1 Mar (Notimex).- El número de mujeres que se somete a una liposucción, cuyo costo ahora oscila entre 10 mil y 40 mil pesos, ha aumentado 50 por ciento en los últimos cinco años en México, y ya no se limita a féminas de menos de 35 años y de clase media alta.

"No es magia sino un procedimiento simplemente para moldear, extraer pequeñas cantidades de grasa acumulada que nada más se elimina", advierte Román Garzón Loyo, especialista en Cirugía Estética y Reconstructiva del Hospital Angeles del Pedregal.

Los cirujanos plásticos tampoco "son hadas madrinas que transforman a las pacientes con simples inyecciones", asegura su colega Francisco Jiménez Reyna, miembro de la Asociación Mexicana de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva.



Sin magia ni hadas madrinas, un sondeo realizado por Notimex entre un grupo de cirujanos del Consejo Mexicano de Cirugía Plástica, confirma el incremento en la preferencia por este procedimiento, que aspira la grasa corporal excedente con máquinas de succión y cánulas diseñadas para cada caso a través de pequeñas incisiones.

En opinión de reconocidos cirujanos plásticos como Garzón Loyo, Jiménez Reyna, Ignacio Héctor Arámbula y José Luis Haddad Tame, el aumento en la popularidad por intervenciones quirúrgicas de ese tipo se debe a la disminución en sus costos, la competencia social y laboral entre las mujeres por tener un mejor aspecto y la publicidad que impone un estereotipo esbelto.

Los especialistas coincidieron que la propaganda, "que no distingue entre clases sociales, de los medios masivos de comunicación, y ensalza las imágenes de mujeres esbeltas y la belleza del cuerpo femenino idealizado, ha incidido en este incremento".

En opinión de Garzón, la "enorme cantidad de programas televisivos acerca de la cirugía plástica, desde realities hasta series con un toque de ficción o novela", han influido en el fenómeno.

Hace cinco años hacerse una liposucción costaba no menos de 90 mil pesos; hoy, cuesta alrededor de 30 por ciento menos. Además, muchos bancos "dan planes de financiamiento y crédito para este procedimiento", afirma Jiménez Reyna.

También la existencia de un Consejo Mexicano de Cirugía Plástica "da confianza a las pacientes", agrega el especialista.

En general, las mujeres mexicanas que hoy en día acuden a un cirujano plástico para someterse a ese procedimiento lo hacen para reforzar su autoestima. "Lo que lleva a una mujer a realizarse cualquier procedimiento estético es defender su autoestima. Hoy en día las mujeres han tomado conciencia de ellas mismas y se colocan en el centro de sus vidas", estima el cirujano plástico Iglesias Vega, secretario general del Colegio de Cirujanos Plásticos de México.

En México, cirujanos plásticos de esa asociación iniciaron la práctica hace poco más de una década, recuerda Héctor Arámbula, pero entonces estaba reducida a gente de clase media alta y a una gran mayoría de jóvenes.

"Hoy yo hago un promedio de dos a tres liposucciones semanales a mujeres de entre 20 a 50 años, y no siempre profesionistas", por las cuales cobra un mínimo de 10 mil pesos, "que es muy barato considerando que en Estados Unidos no cuesta menos de siete mil dólares", cuenta Arámbula.

En los últimos cinco años, el experto calcula haber hecho de 600 a 800 liposucciones a mujeres "de todas las clases sociales" en un área "con depósitos de grasa bien ubicados", como caderas, abdomen, cintura, axilas, muslos y piernas, que deforman en forma importante la figura femenina.

Pero la liposucción tiene sus límites. Los especialistas consideran que las pacientes obesas y mayores de 40 años no son las mejores candidatas.

"Entre más jóvenes, más tensión en la piel (que son las mujeres ideales) para el procedimiento de lipoescultura. No así las mujeres obesas, ya que existe gran debilidad de la piel y los resultados son pocos satisfactorios", asegura Garzón.

Hay sus excepciones, por supuesto. Aunque en general después de los 40 años los tejidos de las mujeres suelen ser flácidos, "muchas mujeres (de esa edad y mayores) se mantienen en forma y su calidad de piel es fabulosa", agrega.

Para minimizar los riesgos -sangrados, infecciones, pigmentación de la piel, depósitos de sangre de la piel (equimosis, hematomas), irregularidades en el contorno y mala cicatrización, la liposucción debe realizarse en un quirófano equipado con tecnología moderna.

"En manos de un experto es un procedimiento fácil, pero hay muchos charlatanes y por desgracia, por los bajos precios, cae con facilidad. ­Hoy hasta el lavacoches promociona la liposucción como si fuera un experto!", expresó Garzón Loyo.

En el caso de "grandes liposucciones existe el peligro de embolia pulmonar, descompensación metabólica, y si el procedimiento está en manos de un médico sin preparación, desde perforaciones de órganos internos hasta la muerte", advirtió el médico.

No faltan las recomendaciones, por supuesto, antes y después del procedimiento.

Jiménez Reyna aconseja que, antes, la paciente debe hacerse "una historia clínica completa, una valoración pre-operatoria exhaustiva, consultas con cardiólogos, neumólogos y ginecólogos, así como una técnica quirúrgica excelente y cuidados postoperatorios".

Y después "es necesario utilizar una prenda de compresión para que la piel no quede flácida", añade.

Todo siempre y cuando acudan a cirujanos plásticos certificados y miembros del Consejo Mexicano de Cirugía Plástica, "y no a médicos generales que se dicen estéticos", sentencia Garzón.

Pero "que no cunda el pánico. La liposucción es un procedimiento muy noble y con resultados espectaculares. Buena madera más buen escultor es igual a buenos resultados", concluye el especialista.

LA GENTE QUIERE QUE LA QUIERAN: ANA MARIA OLABUENAGA



LA GENTE QUIERE QUE LA QUIERAN: ANA MARIA OLABUENAGA

Por María Lourdes Pallais

México, 8 Mar (Notimex).- Entrar a la empresa de Ana María Olabuenaga, la creadora de la campaña Soy Totalmente Palacio, es como entrar dentro de un enorme anuncio.

Las paredes y el piso del lobby (amplio casi como el de un museo), los corredores y las oficinas, color rojo, están tapizados con enormes letras en blanco, y mensajes como "Nuestra Misión es pegar justo en el corazón" y "Una persona recibe 3,000 impactos publicitarios al día".

Aparte de los mensajes y algunas frases en imágenes de las campañas publicitarias de Olabuenaga en las paredes, las palabras (que marean un poco mientras uno camina hacia el despacho de la publicista), son de un texto que ella escribió para ese propósito.

"Lo primero en lo que hay que pensar al hacer publicidad es en que la gente no quiere ver publicidad. La gente quiere lavarse los dientes, el pelo, beber un refresco o una cerveza, vestirse a la moda, escuchar música, comer algo y sobre todo, irse de vacaciones y no pensar en nada(.)"

"Pero en realidad, tampoco es eso lo que la gente quiere. La gente quiere que la quieran. Quiere que la reconozcan, que la acompañen, quiere sentirse atractiva, deseada, necesaria, importante", leen los primeros párrafos del texto que cubre las paredes y el piso de la empresa de la que ella es dueña y señora.

Sobre sus convicciones como publicista, escribe "Hoy ya no se trata de que una marca sea conocida solamente, hoy se trata de que una marca sea amada".

"Nosotros tenemos que descubrir el camino para llegar al corazón de la gente, ese veloz de las emociones, del humor, de la experiencia, de la honestidad".

Olabuenaga, de 45 años, casada con Jorge Cucci también su socio, de origen puertorriqueño y madre de Roberto, un niño de 9 años, es "brutalmente" (no en balde su palabra favorita es "brutal") contradictoria.

Y es que Ana María es agresiva como profesional. No quiere que su trabajo sea "parte del "paisaje, del ruido, de los miles y miles de impactos que cada día acribillan sin mayor éxito, las cabezas de la gente". Quiere que la gente ame las marcas que ella publicita.

Pero ella, la jefa de Olabuenaga Chemistri, de voz ronca, es delicada y femenina. Por lo menos en la forma, y probablemente en el fondo también.

Si ya no es Totalmente Palacio, sí es Totalmente Romántica, y eso le funciona.

La obsesión por comer sano, un trastorno peligroso


La obsesión por comer sano, un trastorno peligroso

Por María Lourdes Pallais

México, 22 Feb (Notimex).- Demi Moore sólo ingiere alimentos crudos y Julia Roberts carga siempre una botellita de leche de soya, la única que bebe. Jennifer López come tortillas si son hechas con clara de huevo y Wynona Ryder sólo consume refrescos orgánicos.

Como ellas, muchas mujeres modernas se preocupan por mantener una dieta sana, biológicamente pura, a veces rayando en la obsesión. Los hábitos alimenticios de estas divas se han convertido en una moda, una manera de identificarse con el glamour y la belleza que las caracteriza.

Sin duda, la práctica de mantener una dieta sana es recomendable, e incluso conveniente para el buen funcionamiento de nuestro organismo, porque previene muchas enfermedades.

El problema surge cuando ese fin se convierte en una obsesión, en una compulsión o fijación patológica denominada ortorexia nerviosa, trastorno que comienza a hacer estragos entre las mujeres, especialmente las jóvenes, en sociedades desarrolladas.

Aunque en nuestro país aún no se han registrado casos de ortorexia, ese hábito compulsivo centrado en ingerir sólo alimentos procedentes de la agricultura ecológica, libres de transgénicos, puede afectar a las mujeres jóvenes "más allá de la moda", en opinión de la Dra. Patricia Romano, de la Asociación Psicoanalista Mexicana.

"Pienso que sí se puede dar en cualquier cultura, especialmente entre las mujeres jóvenes que apenas empiezan a definirse, cuyas personalidades son aún frágiles", alerta la psicóloga.

Para la nutrióloga Inti Sarahi Pérez Casillas, del Centro de Orientación Alimentaria S.C., tanto en México como en otros países, este trastorno es cada vez más común por la importancia que ha adquirido la nutrición y la buena alimentación.

"Ya sea por cuestión de moda o por salud, la línea que separa a la gente que ha creado una conciencia de su alimentación a la de aquella que empieza a tener una distorsión, es muy fina", agrega la experta en plática con Notimex.

Los grupos más vulnerables son mujeres "muy estrictas, controladas y exigentes consigo mismas", así como las aficionadas al "culturismo, el atletismo (y con) antecedentes de una alteración psicológica por el cuidado excesivo o aversión a alimentos "impuros" u obsesión por el consumo de alimentos totalmente orgánicos", abunda.

Patricia Inda Icaza, licenciada en nutrición de la UniversidadIberoamericana, coincide con Pérez Casillas: la ortorexia se da especialmente entre las mujeres con "una predisposición al perfeccionismo y al auto-control típico" de las personalidades obsesivo-compulsivas.

Las lobas esteparias

En México, como en otros países, "existe tanta información y tanta publicidad (sobre los beneficios de la comida sana) que a veces (todo) se convierte en desinformación", afirma.

Esta obsesión también puede convertir a la víctima en una suerte de lobo estepario.

"La ortorexia lleva a la persona a tener problemas en su relación con la sociedad cuando, por ejemplo, lleva su propia comida a un restaurante o de plano no va porque "quién sabe qué comida me van a dar y no me vaya a contaminar", explica la especialista.

Para la sicóloga Jussara Teixeira, se trata de una "práctica alimenticia que se convierte en adicción", especialmente entre las mujeres "que sienten una ausencia, hambre y vacío de palabras"; es decir, que no se pueden expresar salvo adoptando estas compulsiones.

El trastorno, que aún no aparece en ningún diccionario, ni sus síntomas son reconocidos como una enfermedad por la Organización Mundial de la Salud, es más común entre las mujeres con un nivel socio-económico alto, ya que los alimentos orgánicamente puros (como leche de soya, refrescos orgánicos y tortillas con clara de huevo) son más caros y difíciles de conseguir.

De hecho, es en los países desarrollados donde las mujeres se preocupan más por los ingredientes y el origen "natural" de los alimentos que compran en los supermercados.

Sin embargo, la sicóloga Teixeira opina que el trastorno puede extenderse a otros sectores y países porque "el hambre (de palabras)", que se da en todas las clases sociales, es caldo de cultivo para este tipo de trastorno.

Cuando la mujer "no puede expresarse con palabras", la adicción, en este caso por la comida "pura", "se convierte en un imperativo", especialmente entre "las personalidades con tendencia obsesiva o depresiva, con gran vacío interno, que viven con una insatisfacción permanente", refiere.

En efecto, este comportamiento obsesivo-compulsivo transforma los principales valores y satisfacciones de la vida al acto de comer. Los afectados viven un menú en vez de una vida.

Orígenes

Fue en 1996 que Steven Bratman, un reconocido médico estadounidense especialista en medicina alternativa, quien durante años defendió la teoría de una dieta estricta para alcanzar un estado de salud pleno, acuñó el término.

Posteriormente, tras sufrir los estragos en carne propia, Bratman publicó un libro sobre el tema, Health Food Junkies (Los yonquis de la comida sana), en el que relata su experiencia, y ha registrado su hallazgo en Internet (www.orthorexia.com).

El vocablo ortorexia, de acuerdo con su definición, proviene del griego "ortho" (justo, recto) y "orexia", (apetencia), es decir, apetito justo o correcto.

Mientras que en el caso de trastornos alimenticios como la anorexia y la bulimia, el problema gira en torno a la cantidad de comida, en la ortorexia, la calidad es lo importante; pero la aversión a alimentos "impuros", también puede romper el equilibrio de una dieta sana, alerta Pérez Casillas.

"Ante la negación de no comer sin estar seguro que los alimentos que se van consumir son totalmente orgánicos, se podría hablar de una desnutrición o deficiencia de ciertos nutrimentos indispensables para el funcionamiento del organismo", agrega.

Inda Icaza abunda: la víctima de ortorexia puede "terminar con una carencia de todos los nutrientes porque, por ejemplo, no come verduras por temor a que le hayan puesto insecticidas".

En los últimos 10 años, el trastorno preocupa casi exclusivamente al vecino país, donde las divas exhiben, con ese estudiado chic desenfadado hollywoodense, el resultado de sus dietas y exquisiteces gastronómicas, con la misma altanería con la que Howard Hugues se lavaba sus manos después de tocar, incluso rozar, a alguien, que podría estar "contaminado".

Mejor la ortorexia que la obesidad, dicen algunos, aunque ambas son gérmenes del mismo virus; una, de mínimas porciones, y la otra, de calidad in extremis.

Al menos las mujeres ortoréxicas, diría el irreverente cineasta estadounidense Michael Moore, tienen "recato" alimenticio, aunque él mismo, un agudo crítico tanto del colesterol y las papas fritas como del sistema de su país, sea "desenfadadamente" obeso.

La preocupación por el trastorno ha llegado también a la Comunidad Europea, específicamente a España.

Alfonso Calañas, un reconocido endocrinólogo, por ejemplo, aseguró a una publicación ibérica, que "la obsesión patológica por la comida biológicamente pura ha llevado a casi el 1% de la población española a tener un menú en vez de una vida; esto es, a padecer ortorexia".

Dicho todo ello, la experta en nutrición Inda Icaza hace un alto ahí. Aguas, advierte, con "satanizar la publicidad sobre la comida sana".

La ortorexia no es un trastorno reconocido como enfermedad y se limita a las personalidades con tendencias obsesivas-compulsivas. "Lo más recomendable es que esas personas acudan a un psicólogo", sentencia.

La nutrióloga Pérez Casillas coincide con Inda Icaza, pero, cautelosa, cierra el tema con una afirmación contundente: si bien es cierto que en México la preocupación por una alimentación sana se ha generalizado, aún "no tenemos el perfil de consumo" de países del Primer Mundo como Estados Unidos o la Comunidad Europea.

Soy súper romántica: Ana María Olabuenaga


Soy súper romántica: Ana María Olabuenaga

Por María Lourdes Pallais

México, 8 Mar (Notimex).- La palabra favorita de Ana María Olabuenaga, la creadora de la campaña Soy Totalmente Palacio, es brutal. Su optimismo también lo es. Así posiblemente sea su talento, su empeño y también su suerte. Es una de las poquísimas mujeres dueñas de su propia empresa en México.

La Asociación Mexicana de Mujeres Ejecutivas reporta que sólo 3 por ciento de las mujeres ocupan cargos de dirección en empresas y sólo 0.2 por ciento participan en grandes consorcios.

En ese ínfimo porcentaje se ubica Ana María, una géminis de baja estatura, mirada fuerte y enormes ojos claros, maquillados por una mano profesional.

La pregunta obligada ante ella es: ¨¿Eres Totalmente Palacio?

Se la preguntamos. Respondió seria, sin titubeos, sin humor:

"Pues fui Totalmente Palacio; manejé la cuenta por mucho tiempo pero hace cuatro años que no la manejo, así que ya no soy".

Pero algo debe haberte dejado...
Es una cuenta entrañable para mi. Fue una experiencia muy importante profesionalmente hablando, me dejó muchísimas enseñanzas. Ahí está toda la campaña (señala los afiches en la pared delante de ella). Me creó un vicio brutal. Analizar el tema a través de las mujeres, su poder de compra, toda esa pasión del mundo femenino en el mundo actual, me lo dejó hasta la médula.

¿Eso fue lo que te enseñó?
Me volvió una adicta a hablar de mujeres. Me encanta el tema, es mi predilecto.

Las mujeres que refleja la publicidad se ven preciosas, ¿eso era lo que buscabas?
Sí, porque esa campaña lo que pretendía era reflejar el mundo onírico de la mujer, que no tiene nada que ver con el mundo de la mujer madre, de la mujer ama de casa, de la mujer hija, de la mujer-esposa; es el mundo de la mujer-mujer, donde nos vemos como nos queremos ver. Y yo sí me quiero ver así. Me quiero ver guapa, fuerte, inteligente.

¿Te quieres ver así o te sientes así?
Me quiero ver así, no creo que lo sea.

¿No?
Es que creo que las mujeres somos muy auto-críticas y tendemos a una busca de la perfección que es imposible conseguir pero tendemos a ella constantemente, porque hay tantas responsabilidades en nuestra vida (los hijos, la casa, el trabajo), nos exigimos tanto (perdón por las generalidades) que llegar a ese lugar, muy difícilmente lo alcanzamos ante nuestros ojos. No creo que lo sea pero sí me gusta verme así.

¿La clave de la publicidad para tí es el fondo o la forma?
El fondo. Brutalmente el fondo. Tan es el fondo que cuando surgió la campaña en el Palacio de Hierro, que iba en contra de todas las reglas de la publicidad, el director de la agencia para la que yo trabajaba me dijo "a lo mejor valdría la pena quitar el texto y dejar la imagen con sólo Soy Totalmente Palacio"; yo le dije que preferiría quitar la imagen y dejar Soy Totalmente Palacio" en negro porque así sería más efectiva.

Al final ganaste...
Soy una mujer muy terca. Fondo totalmente. Soy 95% terca y muy poco autoritaria.

A 10 años de la campaña, ¿Tú crees que trivializó o benefició la imagen de la mujer?
La benefició terriblemente. Por todos lados, creo que sensibilizó hasta a los mismos detractores; sólo el haber traído a la mesa los temas de la frivolidad, lo profundo de la mujer: ese debate me parece que fue bueno. Hasta la fecha, las mujeres nos dicen: "necesito verme riéndome de mis propias debilidades". Así lo verbalizan ellas.

¿Te gusta ser jefa?
Me encanta porque veo todas las áreas de este negocio. Me gusta trabajar con la gente y guiar a todo un grupo hacia un sólo ideal, hacia una misma conclusión.

Muchos dicen que le diste un nivel artístico a la publicidad...
Me encanta ser detallista en los anuncios que haga porque, a pesar de lo que te dije sobre el fondo, creo que la forma, sobretodo para una mujer que sí percibe más claramente todos los detalles (el hombre pasa más de largo porque va hacia cosas concretas) en ese sentido sí me interesa. Vengo de estudiar comunicación, de ser periodista, de estudiar cine, de gustarme la literatura, pues de ahí viene esa influencia por la forma. Si le puedes poner un marco más lindo, más interesante, que también aporte, no te pierdas esa oportunidad.

Antes de convertirte en publicista, estabas en el mundo intelectual de la Ibero, donde fuiste muy criticada por dedicarte a vender anuncios. ¿A qué mundo perteneces hoy?
Pertenezco a un mundo familiar. Para mi, la familia, mi hijo de nueve años y mi esposo es lo más importante, lo más importante.

¿Lo más importante, más que tu trabajo?
O sea, yo creo que para cualquier mujer, ¨eh? Honestamente creo que sí.

Yo hubiese pensado que tú eras de las que podían combinar el éxito profesional y la familia..
Pienso que es incombinable, de entrada te lo digo. Es que lo hago muy mal. Evidente, como todas las mujeres. Lo hago un día y lo hago mal. Como alcohólica: Sólo por hoy. Pasan unos días y yo trato de darle lo más que puedo a mi hijo. Hay veces que puedo y hay veces que no puedo.

¿Días que no puedes porque te lo impide tu trabajo?
­Incombinables! Totalmente. La mujer que te diga que se puede combinar está mintiendo. Son dos cosas que te exigen tiempo completo. No me vuelvo loca porque asumo que no lo estoy haciendo a la perfección.

¿Qué no haces que quisieras hacer?
No soy la mamá perfecta, ni la publicista perfecta tampoco. Cuando las mujeres hablamos de tiempo-calidad y esas cosas, son detalles muy lindos que nos ayudan a las que trabajamos a sentirnos menos mal. Pero la verdad es otra.

¿Y si tuvieras que escoger?
No podría. Porque evidentemente el trabajo creador me apasiona, además hay una cuestión real de necesidad de trabajo. Las mujeres que seguimos trabajando después de ser madres, seguimos debatiendo: ¨será lo correcto? ¨lo dejaré? No sé. En 30 años la vida me dirá, esto lo hiciste bien, no sé, o yo soy una neurótica.(risas)

¿Cómo te enfrentas al mundo de los negocios?
Creo que las mujeres mentimos mucho. Hoy me preguntaban unos periodistas casualmente eso y yo les dije: ­con los mismos huevos que ustedes! Yo siento que ante esas preguntas, las mujeres tenemos respuestas muy hechas que son las correctas, las que hay que contestar.Porque además te leen hombres. ¨¿Pero cómo te voy a echar a ti un rollo?

No me eches un rollo, pero sí dime qué buscas de la vida, ¿qué quieres?
Creo que me estás psicoanalizando. Mira: tengo un grave problema. Nunca me he puesto una meta en la vida. No la veo cómo hacia dónde voy. No la entiendo así. Cuando me preguntan esta pregunta, pienso voy a parecer una persona poco inteligente, con muy poco análisis sobre mi futuro, mi carrera. Peor ya me di cuenta que no, que no es así.

¿Cómo es?
La vida la veo como que en un momento dado empecé a correr; uno corre y corre y corre, y la vida te va mostrando el camino, y sigues corriendo hasta que un día, te caes muerta. Yo así la veo. Lo demás, no sé. Yo voy en una carrera que la vida me ha puesto y sigo corriendo hacia delante y conseguir más y más y más.

¿Conseguir más qué?
Hacer mejor mi trabajo. Conseguir retos más difíciles de lograr y lograrlos. Me interesa la comunicación de cualquier cosa. No solamente la comunicación de una lata de leche, sino de cómo lograr que veas en este producto lácteo cualidades, muchísimo más allá. ¿Cómo logro, por ejemplo, que la gente entienda que es importante leer?

¿Sólo cosas profesionales?
Quiero ser una buena madre. Crear un buen hijo, un buen mexicano, talentoso, respetable, un buen profesional y un buen mexicano. Eso quiero lograr.

Eso se llaman metas...
Pues yo no las planteo como metas. Me parece que es un trayecto, una trayectoria, no es un final. Quizá hasta el final de la vida puedas tú saber si lo lograste o no. Quiero que se me reconozca por haber sido una profesional limpia, transparente, que no traicionó ni a la gente que trabajó con ella, ni a sus colegas, ni a sus clientes.

¿Cómo tratas a tus clientes?
Como amigos. Yo tengo la teoría que tengo que trabajar con gente que yo vea a la cara y pueda decir: yo puedo ser amiga de esta persona. Y a mis clientes los veo a la cara y les digo si tú y yo no podemos ser amigos, no podemos trabajar juntos. Sé que suena muy romántico y muy cursi, pero en la práctica funciona muy bien porque cuando mis clientes tienen un problema, me preocupa como amiga , me preocupo mucho más allá.

¿Te consideras una publicista romántica?
Sí terriblemente romántica y no si será la serotonina. o todo lo que pasa en el cerebro de una mujer, pero soy brutalmente romántica.

¿Eso es malo?
En este mundo de los negocios no está visto como lo más adecuado, ¿no? no está bien visto.

¿Cómo se refleja tu romanticismo en tu trabajo?
En todo: desde la idea de haber empezado una agencia en un mundo donde las agencias ya no tienen tanto espacio ni son ya tan rentables como lo fueron en una época; haberla iniciado en medio de una crisis mundial como fue la guerra en Irak. Todo mundo me decía que tampoco era un muy buen momento para empezar negocios. Fue una idea romántica desde antes que acepté la dirección general de esta empresa que estaba en quiebra. Romántica todo el tiempo.

Son "cualidades femeninas"...
Super femeninas. Durante algún tiempo las traté de ocultar cuando era más joven. Porque creía que era una debilidad en un mundo masculino reflejar el hecho que lloro, que no se notara. Ahora me da igual, ¨eh? Lloro delante de mis clientes y no me importa que me vean.

¿Porqué lloras delante de tus clientes?
Por una injusticia, por algo que no estoy de acuerdo, por defender una idea.

¿Te afecta la misoginia del mexicano?
Todas las mujeres tenemos estas características femeninas de estar en todo, de ser muy observadoras, al final te dan un poder adicional. Por eso a mí me divierte la misoginia, a mi nivel por supuesto, porque siento que tengo las armas suficientes para manejarlo y para controlarlo. No me divierte en ciertos poblados de México, la venta de mujeres, por ejemplo. Eso no me divierte para nada, por eso trabajé en el Instituto Nacional de las Mujeres.

¿Entonces te consideras una mujer fuerte?
Aprendí con los años que me diera igual que me vieran llorando, que vieran que era yo muy romántica, muy sensible y aprendí que esas eran cualidades importantes y que los hombres al final respetaban este grado de exhibición tan personal de la naturaleza femenina. Aprendí que le pones un poco de fuerza al asunto y funciona muy bien la combinación.

¿Tu palabra favorita?
Brutal. Me parece que es grande. fuerte. Y te da una dimensión concreta de un hecho, una persona, un sentimiento; te la dimensionaliza perfectamente.

¿No es un poco dura?
¡­Ah!, pero es que así soy.

¿Y la palabra que más detestas?
No se puede. No es una sola palabra, eso no lo aguanto.

¿Algo así como imposible?
Sí, imposible.

Porque, según tú, ¿todo se puede?
Sí, todo se puede si te lo imaginas. Si ya lo pensaste, tiene que ser realizable. Piénsalo. Vas a ver.

¿Qué profesión nunca hubieras escogido?
Nunca hubiera sido contador, ni contadora.

¿Qué cualidad es la que más admiras en una mujer?
La solidaridad.

Así concluye la plática con la empresaria, que corre a una junta a la que asiste también su esposo Jorge, para imaginar, y realizar, más campañas que enamoren.

NTX/MLP/2006-03-08,11:47

Ana Rosa Payan, una combativa y tenaz yucateca


Ana Rosa Payan, una combativa y tenaz yucateca

Por María Lourdes Pallais

México, 15 Mar (Notimex).- Ana Rosa Payán Cervera, una yucateca combativa, optimista y tenaz que se considera un "animal político", sueña con un México sin pobreza, con empleos y se confiesa convencida del éxito de la mujer mexicana al combinar familia y profesión.

"Yo quiero un México con democracia, sin pobreza, con oportunidades para todos. No hay los suficientes empleos, no están bien remunerados la mayor parte de ellos, se siguen violando a las mujeres y a los niños de forma alarmante", reflexiona.

"Lo único que nos queda a los que tenemos espíritu combativo es seguir ayudando", agrega en plática con Notimex la contadora pública ex alcaldesa de Mérida, Yucatán, y ahora al frente del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF).

"Yo tengo esperanza de que este país cambie. Espero continuar en esta siembra con un gobierno transparente. Yo puedo decir que el ayuntamiento que presidí en Mérida fue uno de los gobiernos más transparentes y mes con mes informábamos todo", recordó.

Para la directora del DIF, quien contempla concluir una maestría en Ciencias de la Comunicación y Marketing Electoral el próximo año, la mujer mexicana mantiene su papel protagónico en la familia, su feminidad y además, ha conquistado nuevos espacios y dimensiones.

Pese a "la herencia del machismo" que provoca la violencia doméstica contra las mujeres, Payán Cervera opina que en un alto porcentaje "el papel fundamental de la mujer como educadora y formadora sigue siendo, hasta el día de hoy, el eje central" de la familia.

"En los hogares nucleares donde hay papá, mamá e hijos, la mujer sigue siendo el centro del hogar, ya sea que trabaje fuera del hogar o se quede en casa", agrega en una refrescante plática.

Por otro lado, según el Diagnóstico de la Familia elaborado por ella y su equipo, uno de cada cinco hogares mexicanos es manejado por mujeres que hoy están mucho más preparadas que hace 20 años, comenta.

Es tajante al asegurar que la mujer mexicana ha logrado combinar la profesión y el trabajo y, especialmente en provincia, ha mantenido los valores tradicionales del pasado.

"La mujer día con día se prepara más (.) Sale de casa (.) por decisión propia, estudia una carrera, trabaja y tiene sus propios recursos. El hecho de que se case por amor normalmente, no le quita su capacidad, su talento, ni su experiencia laboral e inclusive la refuerza en ocasiones porque se requiere del trabajo de los dos para sostener a un hogar", comentó. Sigue ANA ROSA PAYAN. dos. comentó Como juega un "triple papel" (madre, esposa y profesionista) y ha logrado combinar su desempeño laboral con su familia, el varón debería de ayudarle en las tareas domésticas, y lo está haciendo poco a poco, opina la funcionaria.

"Lo que tenemos que buscar es, en un día como el Día Internacional de la Mujer, la idea de que si ambos aportamos a la casa con ingresos económicos, ambos debemos compartir las tareas domésticas", añade Ana Rosa con un toque de ironía.

Acepta, sin embargo, que la pareja ahora comparte mucho más que antes. "El varón ya ha entendido y lo han formado así" sus propias madres, asegura, aunque "todavía hay lugares donde a la niña se le dice: atiende a tu hermano porque va a la escuela o a trabajar, lo cual no es adecuado", alerta.

Pero el hombre está "asumiendo un papel en ocasiones presto para las burlas, porque (cuando) hace labores de casa, los compañeros y él mismo se auto califican como Superman, (.) una forma de burlarse de sí mismos, pero al mismo tiempo están asumiendo otros roles".

En general, Ana Rosa Payán considera que la mujer es más responsable que el hombre. Comparte con Notimex una anécdota de sus años como política en Yucatán que refleja ese sentir:

"Cuando decidimos cambiar la estructura de los servicios públicos municipales, contratamos a mujeres barrenderas en las calles. Antes eran puros varones", rememora.

"(Lo hicimos) por dos razones: una es porque los lunes llegaban seguro, jamás llegaban tarde y la segunda, es que cuando pagamos el dinero los viernes seguro llegaba a la casa, porque los varones regularmente tienen otro tipo de actividades", comentó.

La directora, que no esconde su militancia panista de años y su simpatía por Felipe Calderón Hinojosa, está convencida que las nuevas generaciones están regresando a los valores del pasado; es decir, a apoyarse en la familia y formar la propia, sin por ello dejar su actividad laboral.

Incluso, reflexiona, en provincia, las mujeres nunca han dejado de pensar de manera tradicional. La única diferencia es que ahora "se preparan, van a la escuela, tienen un título universitario, trabajan, aportan y tienen menos hijos ahora pero los cuidan igual".

En su opinión, las mujeres de provincia piensan "que la familia fomenta la cultura, los valores, las tradiciones, la lengua" aunque hoy se hayan "modernizado".

Si de jóvenes fueron a las discos, después forman hogares sin descuidar sus actividades laborales, dice con ese hablar tenaz y convencido que la caracteriza. Para ella es indudable que la mujer ha adquirido nuevas dimensiones y que su papel se ha multiplicado. Sigue ANA ROSA PAYAN. tres. multiplicado "Lo vemos ahora en los medios de comunicación. A mí me han entrevistado más mujeres que hombres: yo veo mucho más reporteras que reporteros. Aquí en el DIF, como 70 por ciento son mujeres y apenas 30 por ciento varones", señala.

En la entidad que preside el porcentaje de mujeres probablemente es más alto "porque la actividad que se maneja es principalmente con niños, discapacitados y adultos mayores, y las mujeres somos mucho más proclive a la atención, que se requiere dar con mucho calor humano".

No todo el panorama de la mujer es color de rosa, viva donde viva, recuerda la funcionaria. Se remite al Diagnóstico de la Familia elaborado por el DIF, que señala problemas en los hogares del país.

Por un lado, 20 por ciento de los 24 mil entrevistados manifestó que en sus casas no hay muestras de cariño ni de afecto. Por el otro, más de 50 por ciento de los encuestados dijo que en sus hogares hay "gritos y sombrerazos", es decir, agresión doméstica.

Ana Rosa, que es soltera, única hija mujer con tres hermanos varones, opina que el fenómeno es "en gran medida" producto de la "herencia machista que aún prevalece", pero también del "mundo de la agresión que vivimos constantemente".

La directora del DIF concluye la plática con una de sus preocupaciones en torno al desarrollo de las mujeres jóvenes.

"Los modelos (de las jóvenes) son las actrices de la televisión" y no "las grandes figuras que están destacando", como la científica mexicana Esther Orozco, quien acaba de ganar un premio internacional por su trabajo sobre la amebiasis, lamenta.

Culpa de ello sobretodo a los medios de comunicación que "juegan un papel fundamental en la formación de criterios y opiniones, incluso de valores", y prefieren difundir "más lo malo" que lo bueno.

NTX/MLP/EPT/2006-03-15,13:04