sábado, marzo 11, 2006

Maria Esther Orozco, una científica con alma de poeta



Maria Esther Orozco, una científica con alma de poeta

Por María Lourdes Pallais

México, 8 Marzo (Notimex).- Su mirada dulce y su voz cálida esconden la fortaleza de una mujer dedicada a la ciencia. Es María Esther Orozco, de corta estatura y rostro plácido, hablar pausado y cuidadoso, como maestra, casi como literata, sueño que no concretó.

Y es que María Esther, quien pasa horas y horas en su laboratorio del Instituto Politécnico Nacional estudiando la ameba, buscando moléculas y gérmenes, al lado de su diminuta oficina, es una mujer de convicciones sólidas, segura de sí misma, sensible, apasionada y femenina hasta la médula.

Acaba de regresar de París, donde recibió el galardón "Mujeres en Ciencia", que conceden la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y L`Oreal, por su investigación sobre la amebiasis que afecta a unos 20 millones de mexicanos.

La distinción la ha convertido en una celebridad, asunto que ella maneja con la naturalidad de la mujer que confía en su talento.

A pesar de la falta de interés que hay en nuestro país por impulsar el desarrollo de la ciencia y la tecnología, ella es la segunda mexicana que recibe el galardón de cien mil dólares. Y eso, cuenta, es un estímulo para ella y sus alumnas mujeres.

Días después de regresar de París, incluso antes de ver a sus estudiantes, muchas de ellas mujeres, la científica platicó con Notimex sobre su carrera, su ciencia, sus alumnas, su sueño de encontrar la vacuna contra la ameba y sus amores literarios.

¿Qué significó el premio para usted?
Es un estímulo enorme. Un mensaje de la comunidad internacional de que estamos haciendo un buen trabajo. Es un premio para mí, pero es resultado del trabajo de muchísima gente que ha pasado por este laboratorio, porque la ciencia es una actividad colectiva por excelencia.
¿Cree que sus alumnas mujeres sienten el premio como propio?
Sí, y las estimula, porque que ven que hay espacio para la mujer en la ciencia, lo cual es muy importante porque frecuentemente se desaniman; quieren tener hijos y que no creen que podrán dedicarse tiempo completo a un doctorado. Se resignan a quedarse en los niveles más bajos donde la presión es menos. Entonces el hecho que la UNESCO las reconozca, las entusiasma.
¿Cómo funciona el trabajo en equipo para usted y sus alumnas?
Yo lo manejo más o menos así: tengo un proyecto o una línea general de trabajo de investigación que he mantenido por muchos años y todo el trabajo se ha hecho en México. Esa dinámica consiste en estudiar el parásito, la ameba, buscar las moléculas que le sirven para interaccionar con los humanos, estudiar cómo se lleva a cabo esa interacción para intentar bloquearla; ver cómo se expresan los genes. En el proyecto los estudiantes de doctorado participan en un aspecto del mismo. He tenido la fortuna de tener excelentes estudiantes, excelentes colaboradores y eso ayuda a que el trabajo luzca.

María Esther Orozco pudo haber sido escritora en vez de científica. Cuenta que nunca podría decir que "desde niña ya sabía que iba dedicarme a la ciencia". Es más, la literatura también la apasionaba.

¿Porqué escogió estudiar biología? ¿La jalaba más la ciencia que la literatura?
Es una pregunta difícil. Yo creo que si me hubiera metido a estudiar literatura, lo hubiera hecho con la misma pasión que la ciencia. Yo creo en la pasión como un elemento fundamental para tener éxito, para hacer bien las cosas.
¿Cree que hubiera podido ser una buena escritora?
No necesariamente.
¿Escribe?
Sí, un poco cuando tengo tiempo. Escribo un poco de poesía. Hace tiempo que no lo hago, pero lo hice por un tiempo largo. Me metí a hacer un diplomado que nunca acabé.
¿Ha publicado?
No, a lo mejor un día de éstos me entusiasmo y lo intento.

Fue así cómo surgió la idea de que Notimex publicara uno de sus poemas en exclusiva. Regresamos al tema de la biología, que resultó siendo lo que María Esther estaba destinada a ejercer como carrera.

¿Cómo ve el desarrollo de la ciencia en México?
Pobre, paupérrimo. Yo tengo la convicción de que falta política científica. Hacemos lo que podemos de acuerdo a nuestra propias convicciones, pero eso provoca una dispersión de esfuerzo muy grande. Si la ciencia mexicana tuviera la meta de obtener algo concreto en cinco, 10 o 20 años; si hubiera un estudio sobre qué podemos hacer con la ciencia mexicana, otra cosa sería.
¿Qué se puede hacer para lograrlo?
Es una decisión política.
Pero es responsabilidad de los científicos y los investigadores impulsar, promover, crear iniciativas...
En México, la ciencia es una actividad de lujo todavía. Las autoridades no han entendido que la ciencia y la tecnología son las herramientas que pueden sacar a este país de la pobreza. Todo se resuelve con el conocimiento, 99 por ciento de las cosas públicas se resuelven con base en los conocimientos, en el área de la salud, de las comunicaciones, de la educación, de la alimentación. Si no analizamos así los problemas y los enfrentamos, el futuro económico del país no es muy halagüeño.
Por eso insisto que los científicos deberían impulsar una propuesta en ese sentido.
Sí, tienes toda la razón. Es una responsabilidad muy seria la nuestra. Hemos sido incapaces de sensibilizar a los políticos.
¿Por qué?
Hay que reconocer que la Academia Mexicana de Ciencias hace cosas importantes. Está también la Sociedad Mexicana para la Ciencia y la Tecnología. Ambas han hecho esfuerzos importantes, pero por alguna razón no se ha consolidado un programa real de Ciencia y Tecnología que además se socialice y sea conocido por todos.
Ahora, con la autoridad moral que le da el premio, ¿cuál sería su recomendación en ese sentido?
Yo recomendaría que hubiera una política de Estado en Ciencia y Tecnología y que esa política surgiera a partir de la aportación de los científicos principalmente, pero también de sectores importantes de la sociedad (empresarios, el sector salud, de comunicaciones, etc) que la utilizarían para su beneficio.
¿Qué planes tiene ahora?
Mi sueño, por supuesto, es descubrir la vacuna para erradicar la ameba. Vamos en el camino correcto.
¿Qué piensa hacer con los cien mil dólares del premio?
(risas) Todavía no sé.
Es un premio personal...
Sí, es para mí.
A pesar de que usted dice que el galardón es fruto de un trabajo de equipo.
Sí, la verdad es que tengo varios proyectos en la cabeza (para invertir el dinero), me gustaría alguno pero todavía no lo tengo.
¿No puede adelantar alguno?
No, porque son proyectos que tienen que ver con cuestiones que yo he querido hacer, y tengo que decidir cuál y si adelanto algo, me comprometo en algo que puedo cambiar de opinión mañana.
¿Son proyectos personales o colectivos?
Son colectivos. Tiene que ver un poco con la ciencia pero tiene que ver también con aspectos sociales, no directamente con un proyecto de investigación científica, o sea, no es para comprar reactivos, pues, será otro tipo de proyecto.

Aunque nos dejó con la curiosidad, prometió comunicarnos su decisión cuando la tome y nos aseguró que invertirá los cien mil dólares en un proyecto relacionado con la ciencia y la sociedad. Es decir, podría ser la creación de una fundación, cosa que la científica se negó a confirmar.

NTX/MLP/2006-03-08,11:50