sábado, septiembre 30, 2006

Angela Scott, como Meryl Streep, con una ventana propia sobre Africa







Angela Scott, como Meryl Streep, con una ventana propia sobre Africa
*La fotógrafa originaria de Egipto es coautora de un libro de gran formato sobre los Grandes Felinos de ese continente

México, 30 Ago (Notimex).- Pasó su infancia descalza en las idílicas playas de Dar es Salaam, en Tanzania. Hoy, es fotógrafa de grandes felinos en Africa, donde, desde la ventana de su recámara, puede admirar las colinas Ngong, como Meryl Streep en "Africa Mía".
Es Angela Scott, de madre argentina y padre sudafricano, quien, junto con su esposo Jonathan acaba de publicar en México "Grandes Felinos", el primer libro de una serie de tres que da cuenta del trabajo de los artistas sobre la espléndida fauna de ese continente.
Ganadora del "Wildlife Photographer of the Year Award" en 2002 (Premio al Fotógrafo de Vida Salvaje del Año) y admiradora del Dalai Lama, Angie, una atractiva rubia madre de dos hijos, ama a los leones porque son sociables y a los elefantes, por su inteligencia.
"Me siento viva especialmente cuando tengo una cámara en mis manos y un maravilloso tema para fotografiar -desde un león , un grupo de pastores Masai, una mariposa o un camaleón," cuenta la coautora del libro publicado por el Fondo de Cultura Económica.
La obra de gran formato, además de retomar los relatos de la vida cotidiana de los personajes de la serie de televisión del mismo nombre, aborda la historia, biología, comportamiento, conservación y supervivencia de los leones africanos.
La pareja fue, sin duda, la indicada para elaborar la tarea. Sólo necesita cruzar el jardín de su casa, a cinco minutos del Parque Nacional de Nairobi, para entrar en el maravilloso mundo de los bosques, rocas y fauna africanas de esa zona del Masai Mara.
Cámaras al hombro, se mueve entre los grandes felinos, leopardos y elefantes que se desplazan con dominio por las suaves colinas de Masai Mara, escenario de clásicos como "Mogambo" y "Memorias de Africa" de la escritora danesa Isak Dinesen.
En entrevista por correo electrónico con Notimex, la creadora cuenta que "parte del atractivo de trabajar con animales carismáticos como los grandes felinos es que potencialmente son lo suficientemente poderosos como para hacer daño".
Pero en su trabajo, que a veces la obliga a pasar meses acampando, durmiendo dentro o sobre el jeep, y horas cerca de los felinos y sus crías, de un río con cocodrilos o a metros de un rebaño de elefantes, nunca se enfrenta con ese peligro.
"Cuando trabajo cerca de ellos, estoy inmersa en la impresión de belleza y armonía que representan", agrega la también coautora de un libro sobre la Antártica y "Mara-Serengeti: Un paraíso para los fotógrafos" (Fountain Press 2001).
Además, asegura, "los accidentes ocurren generalmente cuando la gente no es lo suficientemente cuidadosa y no le da al animal el respeto que se merece, acercándose demasiado o haciendo algo temerario".
Aunque Angie alerta que sí es peligroso caminar cerca de los búfalos, hipopótamos y elefantes, fue casualmente cuando estaba a poca distancia de una manada de paquidermos que tomó la foto por la que ganó el codiciado galardón de su gremio.
"Una noche, vi elefantes cruzando el río Laungwa en Zambia, una foto maravillosa, pero era muy tarde y no había luz. Decidí regresar al día siguiente y esperar. Yo sabía la posición que el banco del río debía tener para la foto que tenía en mi cabeza".
Así, después de horas de espera, "una garza voló hacia donde los elefantes tomaban agua y se detuvo sin moverse. Ahí estaba, el elemento que transformó una buena foto en una realmente especial. Fue la mejor de 18 mil y un momento maravilloso en mi carrera".
Y es que estar "rodeada de una manada de elefantes, sólo escuchando sus sonidos, oliendo sus olores y viendo cómo interactúan los adultos con los jóvenes" es de los momentos que más disfruta como fotógrafa de la fauna africana.
Conoció a Jonathan su esposo a fines de los noventa, cuando compraba los libros del creador para tiendas de safari en Kenia y Tanzania y tuvo que llamarlo. "El dice que me escuchó la voz y se enamoró". Lo único que no comparten hoy es el equipo de trabajo.
"Yo uso lentes de largo alcance. A Jonathan le gustan también pero generalmente prefiere los de ángulo amplio para los paisajes. Yo prefiero acercarme con una lente grande para capturar el carácter y la emoción de la escena".
Para ella, que hace yoga y nada para estar en buena forma, el momento ideal para tomar una fotografía es entre las cinco y las siete de la tarde, y a la caída del sol.
En las imágenes que reproduce el libro del FCE, Angie ha inmortalizado momentos en las relaciones sociales de los felinos, que trascienden las fronteras del lenguaje y la cultura en Africa, escenario de los safaris fotográficos más exclusivos del mundo.
Y es que desde que en 1977 se prohibiera la caza real en Kenia, otros países africanos han seguido su ejemplo: la cámara ha sustituido al rifle, y la fotografía, a la caza real.
"Siempre me he considerado afortunada de vivir en Africa. Tuve una niñez idílica corriendo por las playas de Tanzania y ahora tengo una bella casa de 10 acres en Nairobi, con una vista a las colinas de Ngong", relata la artista nacida en Egipto.