martes, noviembre 22, 2005

La araña y el semáforo



Sus finísimas, largísimas y estilizadas patas, eran la envidia de sus compañeras. Ella, en telas desprolijas, sabía desplazarse con garbo.

Había aprendido a columpiarse con un estilo desenfadado y señorial, como trapecista. Hubo quienes juraron que lo hacía cantando. Nunca empañó sus ojos vidriosos con horizontes foráneos ni sus saltos almidonados con sueños laberínticos fuera del entorno en el que se movía con destreza magistral.

Era la reina y la más ágil. Pero un día, sus gracias, se convirtieron en desgracias.

Empezó a quedarse aislada. Nadie quería estar cerca de sus acrobacias. Y ella necesitaba público. Pensó en cambiar, ser una más del montón. Demasiado tarde. Ya la habían dejado sola.

Lo peor, la tela pegajosa le había enredado las patas. Quiso cantar pero no pudo, quizás nunca había podido.

Desesperada, buscó con sus desorbitados ojos rojos el charco estancado ahí abajo. No vio su reflejo y se horrorizó.

Tenía que columpiarse como sólo ella podía para zafarse de la tela que finalmente cedió. Cegada por una oscuridad para ella desconocida, cayó al charco, pero sin sus patas.

Al contacto con el agua lodosa, su pequeñísima caparazón cambió de forma. Se convirtió en una suerte de caja negra que disparaba colores, colgada entre el cielo oscuro de la noche y una avenida principal de una gran ciudad.

Emitía el color rojo y los coches estaban detenidos ante ella. ¿O él? ¿Qué sería? Sólo sabía que se había transformado en un aparato que despedía luces y que ahora, estaba en rojo, el tiempo suficiente para ver que la noche transitaba lenta, y que, iluminados por los faros de uno de los autos, un par de niños vestidos de ´payasitos’ realizaban malabares con antorchas de fuego.

El espectáculo duró poco menos que un cambio en sus luces, de rojo a verde, lo suficiente para que el más pequeño los recorriera todos en busca de alguna moneda.

La araña convertida en semáforo fue testigo. La mirada del pequeño se estrelló con las ventanillas cerradas y la indiferencia de ansiosos conductores. Y no pudo hacer nada. No controlaba sus luces, que se habían convertido en su esencia.

¿Dónde habrían quedado sus patas?

Autor: María Lourdes Pallais Copyright © 2005 - Todos los derechos reservados.

Orfeo y los zapatos


A mi padre y su guitarra

¿Que si duele? Supongo que sí, pero si tienes una guitarra, como la mía, de escudo, ni lo sientes. ¿Que por qué lo permití? Es que no lo permití, si casi ni me dí cuenta, supongo quehasta lo provoqué, pero esas son cosas del pasado. ¿Que te cuente? ¿Cuál, la primera vez? Porque hubo varias, varios zapatazos pero, la verdad, ninguno tan memorable como el primero, bueno, quizás también el último, que en realidad fue bastante más que un par de zapatazos.

¿Que si el primero me tomó por sorpresa? Hombre, claro, qué pregunta la tuya, sorpresas esperaba cuando me casé, pero nunca que mi mujer me tirara zapatazos.

¿Que por qué los otros no fueron tan memorables como el primero? Hombre, ¿que nunca te enteraste que todo la primera vez es siempre más memorable? Siempre, créeme. Recuerdo que, después de varios zapatazos que sólo recibió mi guitarra, las cosas de la vida, imáginate que mi mujer dejó de comprar zapatos de tacón alto y puntiagudo, cambió la moda, ¿me entiendes?, y ella, que siempre se jacta de no seguir las modas, de pronto decidió que los zapatos de taco bajo le quedaban mejor, que además eran mucho más cómodos, supongo que tenía razón, pero yo sólo pensaba en que finalmente mi guitarra ya no recibiría zapatazos que le romperían las cuerdas.

¿Que si alguna vez pensé dejar de tocar mi guitarra para evitar los zapatazos? Claro que no, hombre, si ya se había convertido en un ritual entre mi mujer y yo, ¿que si me gustaba el ritual? carajo cabrón, eso no lo había pensado. Supongo que sí.

Lo que te puedo asegurar es que, con zapatos de tacón alto o bajo, mi mujer tiene unas piernas de puta madre, tobillos delgados que se van ampliando suavemente hasta las rodillas, y lo demás, ni te cuento, de pura raza, como de yegua de paso peruana, ¿alguna vez viste a esas yeguas? No, claro que no, pues entonces sólo imagínate, unas piernas duras, como de acero, pero suavecitas al tocarlas, como de terciopelo, espléndidamente dibujadas, así son las de mi mujer, y cero celulitis ni ahora que ya es cincuentona, ¿me entiendes? No, claro que no. Tendrías que haberlas tocado alguna vez, pero pobre de ti, cabrón, si alguna vez te hubieses atrevido.

¿Que me fui por la tangente? Es cierto, para variar, qué terrible defecto es ese el mío, empiezo por aquí y sigo por otro lado, es que como que me distraigo, ¿me entiendes?, pero bueno, tienes que admitir que siempre regreso al principio, y sí, cabrón, claro que me acuerdo, quieres que te cuente el primer zapatazo, o bueno, los dos primeros zapatazos, porque primero fue uno y después el otro. O.K., te cuento, voy al grano, ahora sí, palabra de hermano.

Estaba yo, el galán de siempre, te acordarás por supuesto, con mis 28 años recién cumplidos y mi mechón sobre la frente, acariciando mi guitarra como si fuese una mujer, ¿que no entiendes? Pero si los cuerpos de las mujeres se parecen a las guitarras, y no es invento mío cabrón, si lo han dicho muchos, creo que hasta Picasso.

El caso es que yo siempre tocaba mi guitarra así, creo que nunca me viste, pero trata de imaginarte, así, la parte de arriba, la delgada, donde están las cuerdas, pegada a mi rostro, y siempre acariciando sus cuerdas como si fuesen hebras de cabello de mujer; así, mientras mantenía el cuerpo de mi guitarra pegado a mi pecho, era como si además de cantar, para qué mentirte, le estuviera haciendo el amor a mi guitarra.

Modestia aparte, yo era un maestro con esas cuerdas, puta, la falta que me hace a veces rozarlas, mezclar su sonido con mi voz, carajo, cuando me acuerdo siento que era mejor que hacerle el amor a una mujer, aún a una como la mía.

Sí, tienes razón, sigo divagando. Pero ahora te lo cuento, palabra de hermano mayor, sin irme por la tangente.

Te decía que estaba yo cantando, porque, como siempre, no me despegaba nunca de mi guitarra, era mi segunda piel, y también como siempre, sabía que esa noche me pedirían que cantara La Mal Pagaa y nunca me hice del rogar, la neta, para qué mentirte, si era un enamorado perdido de mi guitarra, si sentía que me transportaba no sé dónde, a ese lugar feliz dónde sólo la magia de mi guitarra acurrucada en mi pecho existía, sólo así sentía esos orgasmos infinitos.

¿Que suena cursi? No lo dudo, pero me importa un comino. Ya, ya, O.K., regreso al cuento.

Con La Mal Pagaa iniciaba mi repertorio, ¿conoces la canción? Bueno, pues esa. Y después, sin que nadie me lo pidiera, seguía con Perfidia. ¿La conoces? ¿En serio que no? Aquella que va “Mujer, mujer, si puedes tú con dios hablar”, sí la conoces, imposible que no. Y seguía con El Rey, como para equilibrar el asunto, ¿me entiendes? Primero Perfidia, donde la mujer es reina, y luego yo, El Rey.

Sí, hermanito, todo fríamente calculado, y con los ojos cerrados y la pasión encendida, amén del mechón sobre la frente.

Pero te juro que, por lo menos la primera vez, en mi delirio, no me dí cuenta de que todas, porque eran puras mujeres las que me rodeaban, mujeres de mis amigos, incluso la esposa de un nuestro pariente, se me pegaban como larvas, y supongo que me excitaba, ¿me entiendes? Y seguía cantando, acariciando mi guitarra, sudando como cuando hacía el amor con mi propia mujer, extasiado. Sin parar, iba de una canción a otra, “Paloma negra, paloma negra, ¿dónde, dónde andarás...?”, y “Nosotros, que nos queremos tanto” y otras por el estilo, ya no me acuerdo muy bien todo mi repertorio, pero fue en algún momento de Nosotros que recibí el primer zapatazo.

A todos les hizo mucha gracia. Yo, la verdad, ni lo sentí. Le cayó a mi guitarra y terminó en el suelo. Una de las mujeres que me rodeaba tomó el zapato, muerta de risa, y lo tiró contra una ventana, al menos eso creo.

¿Que si rompió la ventana? Hombre, carajo, tú siempre tan detallista, ya no me acuerdo. Lo importante es que yo seguía cantando y las mujeres acumulándose a mi lado. “Quiero ser libre, vivir mi vida...” y zum, el segundo zapatazo. No perdí ni una sola nota. No, hermanito, te juro que no enfurecí. Simplemente agarré el zapato que se había enredado en las cuerdas de mi guitarra y había roto por lo menos dos de ellas y lo tiré al piso para seguir cantando feliz.

Tampoco a nadie le pareció raro, quiero decir, que mi mujer me tirara un par de zapatazos, algo tan poco social, ¿me entiendes? Todos seguían tan tranquilos, escuchándome cantar y riéndose, especialmente las mujeres.

Pues sí, yo seguí cantando el resto de mi repertorio, importándome poco que algunas cuerdas de mi guitarra estuviesen rotas, ¿por qué? Pues por los zapatazos de mi mujer, cabrón, ya eso lo tenía bastante claro, pero igual me importó poco.

¿Que si estoy exagerando? No, hombre, por Diosito que no.

¿Que si nadie se preocupó de mi mujer? En lo absoluto, cabrón. Nadie le hizo caso, el menor caso, si mal no recuerdo ella se largó, dando un portazo. Pero yo seguía, terco, aferrado a mi guitarra y cantando: “Quiéreme mucho, dulce amor mío”, y de pronto, cabrón, la mujer de un amigo, bastante guapa, por cierto, pero sin las piernas de mi mujer, me zampó un tremendo beso, con lengua y todo, se desabotonó la blusa, delante de todos, ¿me entiendes?, allí, creo, estaba su marido, pero ella como si nada, me empezó a seducir, digo, empezó pero ya tenía rato de hacerlo, y yo igual, pero yo trataba de seducirlas a todas, ¿me entiendes?, es que lo mío era tocar mi guitarra, lo demás no era importante, ya te dije, me importó poco que mi mujer se hubiese largado furiosa, ni pensé que yo hubiese hecho algo que la ofendiera. Yo sólo estaba cantando, ¿me entiendes?, y si también estaba seduciendo a las mujeres que me rodeaban, pues, ¡bendito sea Dios!

Lo que pasó después, ¿te interesa? O.K., te lo cuento, pero también pasó sin que yo me diera mucha cuenta, ¿me entiendes?, terminé en la cama con la mujer de un amigo.

¿Que a qué cama?, cómo jodes con los detalles, yo qué sé a qué cama, pero a una cama, yo qué sé de quién, y allí me la cogí, una sola vez, porque ella insistía que le cantara algo, cualquier cosa, aun sin guitarra, cosa que yo hice, creo al menos, hasta que me aburrí de repetir mi repertorio y ella, finalmente cabrón, se me durmió, sin importarle mucho nada, mucho menos que dos cuerdas de mi guitarra estuviesen rotas por los zapatazos de mi mujer.

Las cosas de las guitarras cuando uno las quiere como yo quería la mía.

¿Que qué pasó después?, sencillamente que mi mujer me pidió el divorcio al día siguiente, y que yo sigo sin entender. A lo mejor tú sí entiendes. No te rías, hijueputa. Sigo sin entender por qué nunca nos divorciamos y ya ni me acuerdo qué argumentos le di, ni por qué para convencerla que todo tenía que ver con mi guitarra, mucho menos cómo nos reconciliamos.

¿Qué? ¿Ahora quieres que te cuente la última vez que canté con mi guitarra? Pues lo único memorable de esa vez, además de que fue la última, creo que ya lo sabes. ¿Que no lo sabes? Cierto, si para entonces ya te habían matado.
Bueno, pues te lo cuento sólo porque eres mi único hermano, y porque ya estás muerto.

Una de esas noches, cuando regresábamos a casa después de cantar mi repertorio, mi mujer con zapatos tacón bajo y yo con mi guitarra y sus cuerdas reparadas, cada cual hizo lo suyo, ¿cómo que qué hicimos? Esas cosas que hacen las parejas después de muchos años de vivir juntos, la rutina, cabrón: quitarse la ropa, lavarse los dientes, esas cosas, ¿me entiendes? No, no me entiendes porque moriste muy joven y nunca las viviste, ¡pero, carajo, alguien te las podría haber contado!

El caso es que ya nos habíamos medio dicho buenas noches, y yo estaba profundamente dormido cuando mi mujer me cortó las dos manos. ¿Que con qué? Pues con un cuchillo de cocina, de esos filosísimos.

¿Que si me dolió? En puta, hermano, en puta, pero sólo después, cuando me di cuenta. Ni me lo digas, ya lo sé hermanito, prefieres estar muerto que verme así. Te entiendo. Ya sé que no es fácil que tu hermano mayor se haya quedado sin manos por culpa de una guitarra y de una mujer. Sí, hombre, ya lo sé, no tienes que decírmelo, es mucho peor que estar muerto.

lunes, noviembre 21, 2005

Sobre Margarita está linda la mar




En 1998, el escritor y ex político nicaragüense Sergio Ramirez (1942) publicó "Margarita, está linda la mar", que recibió el Primer Premio Alfaguara de Novela.

Cito su página http://www.sergioramirez.org.ni/indexpremios.html:

...“Nunca hasta aquella novela Sergio Ramírez había salvado con tan excelentes resultados el siempre espinoso litigio narrativo entre la realidad y ficción. Se trataba ni más ni menos de no dejar que lo verdadero invadiera el territorio de la invención, que fagocitara su poder de persuación literaria. Esa idea es la que conviene retomar a la hora de juzgar su nueva novela.

"Pero a la vez también hay que valorar la distinción que el mismo autor nicaragüense hace entre historia y pasado. Tal vez el contenido argumental de `Margarita ...´ induzca a interpretar que estamos ante una novela de época, con personajes históricos, con anécdotas verificables, con paisaje social y político de inmediata identificación.

"Y, sin embargo, con tener todo ello, la novela de Sergio Ramírez se eleva sobre sus circunstancias históricas para proponerse como un excelente artefacto de encantamiento narrativo.

"Hace muy bien su autor en dejar deslindadas la bondad estética del uso del pasado, frente a la tentación documental de la historia. Para que el lector nos entienda, creo que Sergio Ramirez nos está diciendo que si miras demasiado a la historia cuando escribes una novela es posible que te salga un Walter Scott, si lo haces hacia el pasado te acercas a Proust.

"Nada hay en esta novela que nos recuerde la poética prousiana, pero sólo desde el narrador francés sabemos la verdadera mina narrativa en que puede convertirse el pasado. Mucho de su perfume y de su cualidad generadora de ficción hay en Margarita, está linda la mar.

"Sergio Ramírez arma su novela sobre dos soportes hitóricos: dos momentos concretos del poeta Rubén Darío y el compló que acaba con la vida del dictador Somoza en 1956. En el fondo, lo que hace Ramírez es representar la irreconciliable dualidad entre lírica y poder, llevada hasta sus extremos más dolorosos y esperpénticos.

"En el vértice de esta construcción está un narrador, el ficticio poeta y magnicida Rigoberto López Pérez, la voz que narra y suelda los dos niveles de la trama, dejando de tanto en tanto el resquicio para otra voz más distanciadora, mas ironizante, especie tímida de metanarrador. Con un inteligente criterio compositivo, Sergio Ramírez selecciona los instantes más metafóricos y trágicos de la existencia de Rubén Darío, y también los indicios más desoladores de la impotencia política, encarnados en la macabra saga de los Somoza.

"El de Sergio Ramírez no es el Darío victorioso de las gestas modernistas, sino el desilusionado, el que no percibe del Estado sus pagas de diplomático y al que se le extrae el cerebro para un sórdido propósito más mágico que científico. Margarita, está linda la mar, aún con todo su aire crepuscular y su empeño desmitificador no sacrifica el goce por su fluidez, por su lengua viva, por sus oportunas hipérboles. Pasado en invención, genuinos resortes de una novela para recordar". (FIN DE CITA)

Ante el éxito de su novela, mi abuela, Margarita Debayle de Pallais, que murió en Lima, Perú, a mediados de los años ochenta, en un sueño, me redactó la siguiente carta para Sergio Ramírez:

León Del Cielo
19 de Febrero de 1998

Excmo. Dr. Sergio Ramírez Mercado
Barrio Pancasán
Managua, D.N.
Nicaragua

Su excelencia Dr. Sergio Ramírez Mercado, ex-Vice-Presidente del Gobierno Sandinista y actual ganador del Premio Literario Alfaguara 1998:

Pues fíjese usted, estimado doctor (le digo doctor porque todavía recuerdo que se ganó ese ilustre título como abogado, pero debe reconocer que nunca será usted un verdadero doctor, es decir un médico, como lo fue en vida el Sabio Debayle, mi padre, que en paz descansa pero no ha dejado de inventar nuevas técnicas para ayudar a los que llegan por aquí con males de los que aún no se habían curado en vida), que hasta este rincón que yo inventé en el Cielo me llegó la noticia de su galardón, por el cual por supuesto lo felicito y espero lo ayude a salir de sus deudas (que también conocemos por estas nubes del Señor) y a vivir una vida llena de plenitud junto a su bellísima esposa y sus admirables hijos.

La noticia me llegó por uno de mis Angeles que me mantienen al tanto, en la medida de sus angélicas posibilidades, del acontecer de mi Nicaragua, donde desgraciadamente no me dejaron morir porque me llevaron primero a Miami, huyendo de los sandinistas a los que usted perteneció, y después a Lima, donde vivía mi hija María Lourdes.

Allí morí. Allí me enteré del cruel (sé que fue cruel, lo digo pero ya no lo siento, así somos en esta Viña del Señor, León del Cielo, que yo fundé por mayoría de votos-aquí también creemos en la democracia y esas cosas), asesinato de un muchacho tan sano y tan idealista como lo fue mi nieto Marcel.

Desde entonces, Dios dio una orden a dos Angeles, de lo mas militantes que tenemos, y ellos ponen a mi disposición toda la información que pueden sobre lo que acontece en mi Nicaragua.

Mucho de lo que me dicen sobre mi Nicaragua me confunde. No entiendo qué pasó con la famosa revolución sandinista, la que me estaba incluso empezando a entusiasmar (en la medida que todavía puedo entender lo que era el entusiasmo cuando estuve viva), a pesar del misterio que continua rodeando el asesinato de Marcel, mi nieto preferido. Lo posterior lo entiendo menos.

Pero nada de eso viene al caso ahora. Además, ¿qué se puede esperar de una vieja cuyo único “claim to fame” (aún no olvido algunas expresiones en inglés) fue ser la Musa de Rubén Darío desde que me escribió el poema “Margarita Está Linda la Mar”, cuando apenas tenía cinco años, hasta mi muerte por causas naturales, como dicen los médicos - que en realidad era una combinación de vejez y tristeza.

Pero su novela, que no he tenido por el momento la dicha de leer (ya me la traerán mis Angeles cuando se publique, ellos, benditos sean, saben que todo lo que se escribe sobre Mi Nicaragua me sigue interesando), me llena de alegría.

Sigue usted eternizando a Darío, y al poema que me escribió en la Isla del Cardón, donde mi padre -El Sabio Debayle- lo atendía sus problemas de alcoholismo y demás. Y eso me llena de orgullo.

Me dicen que al personaje de su novela que lleva mi nombre usted la asocia con el asesinato de mi cuñado, Anastasio Somoza García. No tengo los detalles pero quiero que sepa que entiendo aquello de la “licencia poética” y no me siento (así es ahora, aquí en León del Cielo, ya uno no siento nada, lo que es una dicha) del todo ofendida.

Además, recuerdo todavía lo que decía mi padre sobre la literatura, “En ella todo se vale”, y si su novela ganó ese famoso Premio, por algo será. Yo al menos, sigo creyendo en esas cosas y si se trata de un premio a una novela de un nicaragüense, más aún.

Si usted pudiera enviarme un ejemplar de la novela, aquí, a León del Cielo (no tenemos apartado postal) sería maravilloso para mí, y con una dedicatoria, mejor todavía. Pero conozco las reglas de la muerte, aunque estemos en León del Cielo, siempre somos muertos, y sé que eso no será posible.

Tendré que esperar que mis Angeles la consigan por los medios misteriosos para mí que ellos hacen esas cosas terrenales.

Mientras tanto, le hago llegar este mensaje porque Dios es grande para felicitarlo por recuperar algo de nuestra historia -aunque en su novela, según me dicen, hay mucho inventado por usted, como en toda novela, según recuerdo (como eso de que mi hermana y yo, por Dios y la Virgen del Perpetuo Socorro!, fuimos partícipes del asesinato de Tacho (me refiero a Anastasio Somoza García), cosas que solamente ustedes los escritores pueden y tienen todo el derecho - de inventar.

Pero le advierto que mis hijos no lo entenderán como yo lo entiendo, cosa que supongo a usted le importara poco. Pobrecitos, ellos todavía sienten. Sería bueno que usted les hiciera llegar este mensaje mío, para que no se sientan tan mal. Los muertos sabemos más por muertos, por sabios y por viejos! Y por eso sentimos poco, o casi nada, lo que, le repito, es una dicha del Señor.

No olvido que el poema “Margarita Está Linda La Mar” fue un invento poético de Darío! ¿Cómo puedo atreverme a no defender el suyo?, aún desde aquí, desde León del Cielo, que ojalá algún día usted y los suyos puedan visitar para recibirlos con bombos y platillos (también tenemos nacatamales de los de antes, aunque no saben igual...)

Lo concreto es que con su novela, al margen de lo que no sea estrictamente cierto -que está, no lo dudo, espléndidamente escrito-, usted ha logrado eternizarme, entre las Grandes Musas del Mundo. Y eso lo celebramos aquí hoy en León del Cielo con tres Via Crucis.

Dios lo bendiga y más le vale no meterse usted más en política, aunque le agradecería tratara de investigar quién demonios (disculpe pero sólo un demonio pudo haberlo hecho)asesinó a mi amadísimo nieto Marcel Pallais. Pero ese es otro tema.

Saludos atentos desde León del Cielo, a usted y a su familia.
Dios los bendiga y colme de felicidades terrenales y espirituales. Aquí los esperamos. No se olviden de León del Cielo y sus Angeles!

Margarita Debayle de Pallais, "Musa Dariana"


P.D. Incluyo el poema que Rubén me escribió el 20 de marzo de 1908, en la Bahía de Corinto, Isla del Cardón, Nicaragua:

A MARGARITA DEBAYLE

Margarita está linda la mar,
y el viento,
lleva esencia sutil de azahar;
yo siento
en el alma una alondra cantar;
tu acento:
Margarita, te voy a contar
un cuento:

Esto era un rey que tenía
un palacio de diamantes,
una tienda hecha de día
y un rebaño de elefantes,
un kiosko de malaquita,
un gran manto de tisú,
y una gentil princesita,
tan bonita,
Margarita,
tan bonita, como tú.

Una tarde, la princesa
vio una estrella aparecer;
la princesa era traviesa
y la quiso ir a coger.

La quería para hacerla
decorar un prendedor,
con un verso y una perla
y una pluma y una flor.

Las princesas primorosas
se parecen mucho a ti:
cortan lirios, cortan rosas,
cortan astros. Son así.

Pues se fue la niña bella,
bajo el cielo y sobre el mar,
a cortar la blanca estrella
que la hacía suspirar.

Y siguió camino arriba,
por la luna y más allá;
más lo malo es que ella iba
sin permiso de papá.

Cuando estuvo ya de vuelta
de los parques del Señor,
se miraba toda envuelta
en un dulce resplandor.

Y el rey dijo: —«¿Qué te has hecho?
te he buscado y no te hallé;
y ¿qué tienes en el pecho
que encendido se te ve?».

La princesa no mentía.
Y así, dijo la verdad:
—«Fui a cortar la estrella mía
a la azul inmensidad».

Y el rey clama: —«¿No te he dicho
que el azul no hay que cortar?.
¡Qué locura!, ¡Qué capricho!...
El Señor se va a enojar».

Y ella dice: —«No hubo intento;
yo me fui no sé por qué.
Por las olas por el viento
fui a la estrella y la corté».

Y el papá dice enojado:
—«Un castigo has de tener:
vuelve al cielo y lo robado
vas ahora a devolver».

La princesa se entristece
por su dulce flor de luz,
cuando entonces aparece
sonriendo el Buen Jesús.

Y así dice: —«En mis campiñas
esa rosa le ofrecí;
son mis flores de las niñas
que al soñar piensan en mí».

Viste el rey pompas brillantes,
y luego hace desfilar
cuatrocientos elefantes
a la orilla de la mar.

La princesita está bella,
pues ya tiene el prendedor
en que lucen, con la estrella,
verso, perla, pluma y flor.

* * *

Margarita, está linda la mar,
y el viento
lleva esencia sutil de azahar:
tu aliento.

Ya que lejos de mí vas a estar,
guarda, niña, un gentil pensamiento
al que un día te quiso contar
un cuento.

jueves, noviembre 10, 2005

"Una llamarada de petate": El voto de los mexicanos en Estados Unidos

Carlos Olamendi, un mexicano que reside en Santa Ana, California desde hace décadas y ahora integra la Coalición por los Derechos Humanos de los mexicanos en el extranjero, asegura que la campaña del Instituto Federal Electoral (IFE) para promover el voto de sus paisanos es “una llamarada de petate.”

“No ha llegado donde como una barbacoa de Hidalgo los domingos, donde voy para mandar mi dinero a México, donde compro mi ropa, mi despensa, mis periódicos, a esos círculos donde nos reunimos los migrantes en Estados Unidos,” asegura el empresario.

“Sólo está en los consulados, donde el mexicano invariablemente prefiere no ir porque dice ´ahí va a ver cola y además tengo que pagar ocho dólares con 50 centavos para enviar mi registro, ¡ay cabrón!´,” agrega.

La ausencia del IFE en esos lugares durante esta primera etapa que culmina en diciembre indica que su campaña “es una llamarada de petate,” porque “no existe una difusión masiva en nuestras comunidades para que los mexicanos puedan votar en esta elección.”

El IFE debería tener en cuenta los gustos y las características de por lo menos el 10 por ciento de los 4.2 millones de mexicanos con credenciales de elector en Estados Unidos, en estos meses cruciales para registrarse e integrar un padrón electoral “sólido y fuerte.”

Pero el instituto electoral no está de brazos cruzados.

Acaba de contratar a Los Tigres del Norte, la popular banda musical que dio fama a una serie de canciones de arraigo popular, para que a través de conciertos en las principales plazas de Estados Unidos, se promueva el voto. La inversión será de 15 millones de pesos.

Además, propuso que las plataformas políticas de los diferentes partidos que participarán en los comicios del 2006 sean incluídas en los documentos que entregará a los mexicanos votantes en el extranjero y que se organicen debates transmitidos en Estados Unidos sobre migración.

“Son dos propuestas nuestras para apoyar en la toma de decisión del votante, ya que el IFE está consciente de que la misión no es sencilla y está trabajando contra el reloj,” dijo la vocera del organismo electoral, Pilar Alvarez Laso.

Para Olamendi, antes de que los mexicanos en Estados Unidos conozcan las plataformas políticas de los candidatos presidenciales para las elecciones del 2006, es imprescindible que el IFE “aumente el presupuesto que tiene hasta diciembre.”

“No debe de escatimarse ni un segundo, ni un momento, ni un centavo en la promoción del voto de los mexicanos para que puedan inscribirse en el padrón electoral”, afirma.

El presupuesto del IFE para promover la campaña de registro de votantes en el extranjero es de 400 millones de pesos hasta diciembre de este año. Pero la iniciativa aprobada para permitir el voto de los mexicanos en el extranjero incluye artículos transitorios que permiten al IFE solicitar más presupuesto para la misma.

miércoles, octubre 12, 2005

¿Y si pierde el PRI... y si gana otra vez?

Este análisis se publicó en el semanario nicaragüense Confidencial hace seis años. Lo recupero porque me pareció interesante recordar la encrucijada de aquellos tiempos, que podría servir para reflexionar sobre las elecciones que se avecinan en México:

México D.F.- Nadie que se presuma serio puede predecir con claridad meridiana el resultado del peligroso, pero interesante, juego de fin de siglo que está por concluir en México. Es cierto que se trata del mismo añejo juego sexenal, pero está hora sujeto a novedosas reglas impulsadas en gran medida por el actual presidente Ernesto Zedillo.
Son casualmente esas reglas las que obligarían al más vetusto partido del planeta, el Partido Revolucionario Institucional (PRI), a cederle la silla ejecutiva a otro el próximo dos de julio. Es decir, asumiendo que el PRI pierda, lo cual no es un hecho.
Lo que sí es un hecho es que ya no podrá hacer fraude masivo, cosa que para el poderosísimo aparato del PRI, era una segunda piel, cuyos colmillos ya quisiera tenerlos Fidel Castro.
Pero los colmillos se desgastan con los años.
En México, el desgaste empezó hace 12 años. Hasta entonces, el PRI siempre ganó las elecciones porque… así era la vida en México. Muchos gritaban “foul” con un vozarrón de aquéllos. Pero más allá de eso, poco hicieron, lo que no quiere decir que sus llamados de atención cayeron en saco roto. Lograron, para ser justos, que la llamada “dictadura perfecta” empezara a fracturarse un tanto.
Todo empezó en 1988. La crisis económica se había vuelto inaguantable. Y, si le creemos a la gran mayoría, los mexicanos decidieron votar de manera masiva por otra opción, por la del primer candidato que gritó “foul” y que hoy muchos llaman “un espejismo precolombino”, Cuauhtémoc Cárdenas.
Los colmillos del PRI, sin embargo, aún no habían perdido su agudo filo, y lograron, literalmente, descuartizar los resultados electorales y esconder su derrota. ¿Cómo? Fácil. El sistema de cómputo del PRI-gobierno para contabilizar votos se cayó. Así de simple y sencillo.
Cuando volvió a funcionar, el vencedor no era Cárdenas, tal como los “exit polls” aseguraban, sino Carlos Salinas de Gortari, del PRI, por supuesto.
Ese tipo de espléndida jugarreta, que el PRI ha sabido manejar magistralmente durante décadas, hoy es cosa del pasado. Por lo menos así lo aseguran moros y cristianos.
“Nos importa el juego, no el resultado del partido”, afirmó hace poco José Woldenberg, presidente del flamante e independiente Instituto Federal Electoral (IFE), creado tras las reformas electorales impulsadas por Zedillo.
Pero si el juego es un hito en México, es casualmente porque el resultado no está asegurado.

El duelo Labastida-Fox
Según las encuestas, de los seis que le entraron al partido, sólo tres cuentan. Bueno, en realidad, sólo dos. Uno es Francisco Labastida, candidato del PRI y militante de viejo cuño. El otro es Vicente Fox, el imponente Norteño de Las Botas Puestas, quien encabeza una coalición de partidos de oposición conservadores.
El tercero es un icono de la izquierda, Cuauhtémoc Cárdenas, El Caballero de la Triste Figura, quién sólo importa en el juego porque podría quitarle a Fox hasta un 14 por ciento del total de votos.
Si la contienda fuera entre Labastida y Fox, los votos de Cárdenas muy posiblemente le hubieran tocado a Fox, con lo cual una derrota del PRI sería una posibilidad más concreta. Hubo incluso un intento fallido de establecer una alianza entre Fox y Cárdenas. Pero, ante el fracaso, es difícil apostarle al ganador sin temor a equivocarse.
Por más “moderno” que parezca, éste no ha sido un juego de ideas, sino de personalidades. Pero, en fin, creo que es importante señalar en qué consisten las así llamadas plataformas electorales de los tres finalistas.

Las ofertas electorales
Primero Fox, no por orden alfabético, sino porque es el único candidato de la oposición con posibilidades de derrocar al PRI. De presencia imponente, divorciado, representa una opción “conservadora moderna”, y busca darle “un rostro humano a la economía.”
El Norteño de Las Botas Puestas promete respetar el carácter laico del Estado, impulsar más reformas estructurales, aumentar los salarios, crear una banca social con instituciones de microcrédito, que permita el acceso a familias de bajos recursos, y, para no cansarlos, “aclarar todo lo que no ha sido aclarado“ por el PRI.
Labastida, como abanderado del PRI, promete que “el poder sirva a la gente”, leyes más severas contra los delincuentes; crear otra Secretaría de Estado para garantizar la Seguridad Pública, y, en general, reitera las promesas de sus predecesores.
La plataforma de Cárdenas, tal como fue divulgada en un debate televisivo entre los tres finalistas, tampoco incluye sorpresas: promete lograr una autonomía sindical y una educación para todos por igual; combatir la corrupción, poner fin a las impunidades, realizar una reforma fiscal.
Ninguno de los tres ha dicho exactamente cómo llevaría a cabo sus promesas, que, en todo caso, sería lo relevante. Pero, repito, ésta no es una disputa de ideas. Sí de personalidades; aunque, la interrogante de fondo es otra: ¿Perderá el PRI de una buena vez?
Se trata, entonces, de una elección “moderna” en un escenario de principios de siglo. Interesante combinación, sin duda.
Ojo a ojo contra la maquinaria del PRI, las reformas electorales destacan como signo de los nuevos tiempos.
El IFE, por ejemplo, se ha ganado la confianza de la gran mayoría; tiene prestigio y es considerado profesional. Pero, según analistas de todos los colores, hay problemas estructurales del sistema que están fuera de su control.

Escenarios inéditos
Lo novedoso, a fin de cuentas, es la posibilidad de que el PRI pierda. Y surge otra pregunta: ¿Qué pasaría en México si ello sucede?
Si escuchamos a la opinión pública, existen dos posibilidades. Una, que el PRI acepte su derrota y se acomode a su nuevo papel como partido de oposición. Dos, que ante la derrota, se desintegre. Pero nadie considera viable que cante fraude, o que solicite una investigación del resultado de los comicios. Imposible, porque fue el PRI (su presidente, sus reformas, sus instituciones) el que estableció las reglas del juego.
Pero, ¿si el PRI gana? Existen por lo menos dos posibilidades. Una, si gana por un escaso margen, que la oposición impugne el resultado y se arme la de San Quintín en México. Dos, si gana por un amplio margen, ídem, pero que eventualmente se calmen los ánimos y regrese el PRI al poder por lo menos por otros seis años.
En anticipación de la primera, ya la oposición se está preparando. Alianza por el Cambio, de Fox, y Alianza por México, de Cárdenas, establecieron un pacto que indica de manera diáfana que no están dispuestos a cerrar los ojos ante lo que podrían considerar un resultado “amañado.” Saben, o sospechan, que si gana el PRI, será porque su maquinaria logró presionar, coaccionar, amenazar, intimidar y utilizar los recursos públicos a su favor.
En todo caso, no se trataría de una repetición de 1988, por dos razones. Una, porque el fraude masivo es imposible. Y dos, porque la oposición, en doce años, llámese cómo se llame, tiene una fuerza moral y política mucho mayor que hace doce años.
“Si el 3 de julio tenemos un triunfo del PRI por escaso margen, la dimensión fraudulenta de ese resultado nos llevará a un complicado conflicto poselectoral; de ese tamaño es el riesgo,” escribió un columnista del diario La Jornada días atrás.
Pierda o gane el PRI el próximo 2 de julio, México iniciará el primer año del nuevo milenio con un rostro nuevo. Si pierde, está claro por qué. Si gana, será sin duda minoría en el Congreso, habrá sin duda perdido la alcaldía de Ciudad México (el segundo cargo más importante en el país) y la oposición habrá sin duda ganado la gobernatura de un mayor número de estados en el país.
Así, el juego que impulsó Zedillo, debilitando el sistema presidencialista en el que el PRI se asentaba, impedirá, sin duda, que su partido pueda seguir robándose todas las bases en la próxima contienda presidencial del año 2006.

Neither Truth nor Justice: The de facto amnesty in Mexico

By Sergio Aguayo and Javier Treviño

Translated by Maria Pallais

On July 22 of 2005, the new Office of the Special Prosecutor for Past Social and Political Movement (FEMOSPP) ordered the arrest of former Mexican president Luis Echeverría and his Interior Minister Mario Moya Palencia, charging them with genocide. The indictment accused them of ordering an illegal paramilitary squad to gun down 25 students demonstrators in 1971.

On July 26, a Federal judge ruled the arrest warrants invalid, citing a 30-year statute of limitations under Mexican law, thus quashing the genocide indictment against Echeverría and Moya Palencia.

Later, in September, another judge followed this example and ruled that neither man was guilty of the massacres of October 2nd, 1968, where hundreds of students protesters were killed or disappeared during a combined military and police assault.

Both rulings reflect the failings of President Fox's FEMOSPP, designed to investigate and clarify the activities of all social and political movements of the past, in an attempt to show Fox’s commitment to uncovering the infamous impunity of former Mexican authorities.

Along their path to democracy, all countries have invariably confronted stumbling blocks when judging the atrocities and excesses of their past regimes.

In Mexico, Fox's government had vowed, both verbally and with some decisions, to rule according to law and justice.

But later, the president proposed and/or passed political, administrative and legal resolutions that stampeded the Mexican government into granting a de facto amnesty for the perpetrators of state crimes carried out by the old regime.

Today, as Fox's six-year term draws to a close, his government --heralded as the transition to democracy-- has failed to erase Mexico's reputation for impunity and make-believe.

The context

The issue of what should be done regarding the official atrocities perpetrated in the past was a murky one for decades in the past, but by the end of World War II, the widespread decision was to forgive and forget.

The consolidation of new regimes included a “social amnesia” and a “veil of ignorance” vis-à-vis the excesses of the past authorities.

However, after the Nuremberg tribunals things changed.

The thesis that only by facing the past and exposing the historical truth could democracy be installed became compulsory. Only thus could governments decide if the perpetrators of crimes should be brought to justice, or forgiven, for violating human rights. There was no longer any room for indifference.

When Mexico had to decide, expert opinions were divided about what to do regarding human rights violations carried out during the PRI’s long decades of authoritarian rule.

One political and academic school of thought preferred to forgive and forget arguing that governability was the priority.

National and international civilian human rights movements, as well as relatives of los desaparecidos, with the support of politicians and intellectuals, fought to uncover the truth and/or indict all criminals, following international human rights principles recognized by Mexico.

The issue came to a boil in 2000, when the PRI was defeated in the presidential elections that brought the conservative National Action Party (PAN) to power.

While campaigning as the PAN candidate, Vicente Fox pledged to confront head-on all state crimes carried out by his predecessors.

In fact, it was this very promise that won him the so-called “voto útil” (useful vote) of the social left, which wanted at all costs to oust the PRI from power.

There were other reasons to believe that Fox's government would initiate the process of uncovering truth and fighting for justice.

Confronting the past would represent a pragmatic measure that could strengthen Fox’s new government at a time when respect for human rights is a universal principle that legitimizes rule and constitutes a symbolic first step toward consolidating democracy.

It would also contribute to building a favorable image of a new Mexico in the international arena, where several organizations had expressed their concern with the impunity of bad old days in the country.

And it would send a clear message to the international community that Mexico was prepared to become a true democracy.

These notions are distinctly evident in official documents released during Fox's initial months as president.

Last but not least, as we shall argue later on in this essay, national security was also at stake.

¿Specialized district attorney's office, Truth Commission or Amnesty?

Fox had to choose one of several options. A Truth Commission, like those in South Africa, Guatemala or El Salvador; a specialized district attorney's office to bring to trial those responsible for abuses; or an amnesty that -regardless of its legality or legitimacy-- has been a favorite during periods of political transition in several countries.

Public opinion, Fox's Ministers and his close advisors were all against an amnesty. At the time, it became evident that the Commissioner in charge of Order and Respect (Comisionado de Orden y Respeto) Adolfo Aguilar Zínser, the Foreign Affairs Minister Jorge Castañeda and the Minister of the Interior Santiago Creel --all three known for their long-term commitment to democracy and human rights-- were divided as whether it was best to create a special district attorney's office or a Truth Commission.

In private meetings with Fox, however, the armed forces were the main actor arguing in favor of an amnesty.

Creel believed that a Truth Commission was “extremely risky”, since “we know that, generally speaking, when it begins but not where it ends”.

Rather, he proposed a special district attorney's office whose main advantage was to work “from inside all institutions”, which would strengthen the budding democracy, establish individual responsibilities from those who had violated human rights, respect the legal and judicial processes established in the Mexican Constitution and consolidate the authority of the new regime.

For their part, both Aguilar Zínser and Castañeda fought for the creation of a Truth Commission, arguing that the special district attorney's office proposed by Creel would lead to impunity given the difficulties it would confront.

Its first obvious obstacle, according to both government officials, was the ubiquitous power of the armed forces, which would obstruct all efforts to accuse any of its members.

They also argued that the judicial power would be easily intimidated or corrupted, and that some crimes had been perpetrated by secret agents or paramilitary groups whose link with the authorities was murky at best.

In their opinion, a Truth Commission would identify individual criminals and expose the secret mechanisms of the authoritarian system that allowed those abuses. If the dealings of its repressive apparatus, which kept a good part of its power intact, were better known, it might be easier to dismantle it or at least restrain it, which would have a positive effect on the security of the new regime.

Organizations like Amnesty International and Human Rights Watch, both skeptical about Truth Commissions, applauded it in the case of Mexico, as they believed that it was the best option to confront human rights violators.

During the new regime’s first few months, the proposal of a Truth Commission gained momentum. En April 2001, Fox personally drafted the order instructing that Aguilar Zínser become the Project Coordinator of the Truth Commission and of the new CISEN (National Security and Investigation Center).

Because the president included in the same decision a resolution about past crimes and a reform of the most important intelligence civil service, it followed that he understood the connection between human rights and security.

In the same text, he ordered the creation of a team to follow up the process. It included Aguilar Zínser, Creel, Ramón Muñoz, Rodolfo Elizondo and Martha Sahagún, as well as three academics –Sergio Aguayo, José Antonio Crespo and Clara Jusidman—, whose duty was to work with Aguilar Zínser in elaborating the proposal.

These intellectuals proposed that two commissions be created: one in charge of ascertaining the truth in the most serious human rights violations, and the other, the most important cases of corruption.

Both commissions were to be announced in the president's first address to the nation, on September 1st, 2001. During the following four months, they would define a methodology, carry out consultations with society and select the most representative cases to investigate.

The teams would begin its inquiries on January 1st, 2002 and had 12 months --which could be extended for another year-- to finish their job by which time they would release their findings to Mexican society.

In a meeting held in Los Pinos, the presidential residence, on July 19, 2001, Fox read out loud each paragraph and approved all with enthusiasm. As way of conclusion, he said: “well done, in a week all will be ready to start working”.

Fox failed to fulfill his promise. He remained silent for months. Some argue that negotiations with the PRI for Congress to approve a fiscal reform, stalled his determination to create the Truth Commissions. Winning the support of the PRI meant canceling the commissions.

However, independently of Fox's doubts, the issue remained in society's agenda while the press published ample evidence regarding the responsibility of the old regime's police forces in the disappearance of hundreds.

The atmosphere heated up even more in October 2001, when Digna Ochoa, an outstanding human rights militant, died in mysterious circumstances and, following her demise, various human rights activists received death threats.

Most agreed that it all stemmed from a destabilization campaign orchestrated by the old regime. In the meantime, Fox’s government faced huge pressure, at home and abroad, to do “something” about past crimes.

On November 27th, 2001, during a ceremony chock-full of symbolism held in a building that had once housed political prisoners, Fox announced the creation of FEMOSPP, whose duty was to “procure justice for crimes against people associated with social and political movements in the past”.

In this atmosphere, strident with official boastfulness, the federal government committed to unraveling the truth and making amends for the victims of past genocide. Creel’s proposal had prevailed, but in reality those who wanted an amnesty were the real winners.

An attorney’s office in search of justice

The new Office of the Special Prosecutor for Past Social and Political Movement failed to bring to justice any of the main human rights violators. Besides its own monumental mistakes, it faced huge obstacles. Paradoxically, a massive boycott was the consequence of the State’s actions.

The balance of forces became evident in the process of selecting the person in charge of the office. The president’s ministers had agreed that Fox would appoint Alberto Zsekely, a prominent lawyer and diplomat whose personality and legitimacy was a perfect match for the difficult task ahead.

Before he was officially appointed, Zsekely created a Citizens Support Group (Comité Ciudadano de Apoyo) integrated by academics and experts on the repression of the past as well as the most prestigious human rights activists in Mexico.

However, in an unexpected decision, Fox opted to delegate the appointment on the then Attorney General, general Rafael Macedo de la Concha, who ignored the agreement regarding Zsekely´s appointment and blocked four candidates Aguilar Zínser had suggested.

It became clear that Macedo de la Concha wanted a weak special prosecutor, which he got. Ignacio Carrillo Prieto, who lacked the experience and legitimacy necessary to face such mammoth task, was his choice.

The new special prosecutor was never able to overcome his liabilities. His first mistakes were simply perplexing. The obscure selection process, its secret evaluation criteria and the cancellation of all consultations with human rights NGO´s interested in the issue, didn't help.

The selection of those who comprised the Citizens Support Group was just as murky. Those selected by Szekely were abruptly uninvited in various ways. Initially, the new committee had five members. By 2003, there were 16: a group of academics and journalists whose common trait was their lack of specialized knowledge on the subject, as well as student leaders and relatives of los desaparecidos, whose participation endangered the work of FEMOSPP because of possible conflict of interests.

Its members aside --with exceptions like journalist Denise Dresser--, the committee played a rather passive role and left all the work in the hands of Ignacio Carrillo Prieto.

The mandate of FEMOSPP was also fraught with limitations and ambiguities. Its mission was limited to “federal crimes, directly or indirectly, perpetrated by public officials”, which excluded paramilitary groups and all municipal and state authorities who participated in the repression.

Additionally, the victims had to be “linked to political or social movements”, an ambiguous statement at best. Finally, it lacked a time frame, which allowed the possibility of introducing cases too far in the past.

The special prosecutor’s office began its work under difficult circumstances. On the one hand, there was the pressure of victims justifiably angered after decades of waiting whose expectations had now been raised by the official discourse. And on the other, the time element worked against effective action in the form of the faded memories of some witnesses, missing evidence and the reticence of some to testify. Finally, the alleged perpetrators had extensive financial resources to pay the fees of very good lawyers.

As expected, the Ministry of Defense stonewalled, barely cooperating at all. In its view, the military personnel accused of abuses during the repression were obeying orders from civilian presidents and could only be tried by a military authority.

The one time that any military personnel were brought to trial for their involvement in the dirty war, the High Military Tribunal exonerated the three accused, arguing it had “lost” the evidence against them. A clear sign that the Ministry of Defense was unwilling to punish alleged criminals.

That attitude was probably influential in creating serious conflict of interests. The Federal Attorney General, General Rafael Macedo de la Concha, was a military man in service whose immediate boss was the Minister of Defense. As a youth, he had worked for the Ministry of the Interior and had been close to Fernando Gutiérrez Barrios, one of the key perpetrators of the repression of the past. One of his outside advisors, Humberto Castillejos Cisneros, worked for Macedo’s father, Marcos Castillejos, who defended the former director of the Federal Security Office, Luis de la Barreda Moreno, one of the few against whom an arrest warrant was issued.

The FEMOSPP also engaged in perplexing conflicts of interests. Carrillo Prieto appointed Américo Meléndez as director of Ministerial Investigations, even though he had once been an agent of the Federal Attorney General's Public Ministry. As such, he had “interrogated guerrilla members” from the Revolutionary Armed Movement (Movimiento Armado Revolucionario) imprisoned by the government.

Generalized doubts regarding his commitment as special prosecutor grew when FEMOSPP implemented questionable judicial strategies which, at times, appeared to be designed for failure and set dangerous precedents that hindered future investigations of the past.

Accusing former president Echeverría, among other government officials, of genocide for the assassination of 25 students in June 10, 1971, was the most important example of such strategies. According to the Convention on the Prevention and Punishment of the Crime of Genocide (Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio), genocide presupposes “the intention to destroy a national group” only if it shares “ethnical, racial or religious” ties. It is, therefore, a complicated legal statute to execute.

Carrillo Prieto argued that the murder of the students was ultimately intended to “destroy a national group”. In his opinion, the 25 students could be considered a “national group” as they shared “complex material and historical links; a common past, similar culture and well-known habits”.

As to the issue of “ethnical, racial or religious” ties, Carrillo Prieto amplified the concept of genocide by stating that “in contemporary civilization, the reasons for prosecution are no longer religious, but rather political and ideological”.

Had Carrillo Prieto been a political scientist, he might have made a good case in some seminar, but as special prosecutor he was wrong. Genocide lacks judicial support.

Strange that he would choose to take that path, considering that, shortly before, Spanish judge Baltasar Garzón had failed in his attempt to build a case against general Augusto Pinochet by accusing him of political genocide.

Whereas Garzón rapidly changed strategy and reconstructed his case with evidence of torture, Carrillo Prieto stubbornly stuck to the genocide thesis.

The result was predictable: On July 26 2005, a judge denied the arrest warrants after ruling that the special prosecutor had failed to prove that the killings of June 10, 1971, could be labeled genocide.

Two months later, Carrillo Prieto failed again. A second judge ruled that the massacre of students on October 2nd, 1968 was not genocide.

While the special attorney's office carried out erroneous strategies, the PAN, PRI, the Executive and the Senate had added additional burdens to the pursuit of justice.

By December 2001, México ratified the Convention on the Non-Applicability of Statutory Limitations to War Crimes and Crimes against Humanity (Convenio sobre la Imprescriptibilidad de los crímenes de Guerra y Lesa Humanidad) which, in Article I, states that crimes against humanity, such as genocide, are applicable “regardless of the date in which they were committed”.

However, an “interpretative declaration” was added: “Only those crimes committed after Mexico adopted the measure are applicable”, that is, after 2002.

In other words, the rules of the Convention on the Non-Applicability of Statutory Limitations to War Crimes and Crimes against Humanity would not apply in the cases under investigation by the special prosecutor's office. This decision was ratified on February 23 2005, when the Supreme Court of Justice ruled against Carrillo Prieto, arguing that the crime of genocide had prescribed (the time element for prosecuting had extinguished).

In doing so, the Mexican government added a juridical protection to human rights violators. In Congress, deputies of the PRI and the PAN modified Article 55 of the Federal Penal Code, which allows adults over 70 years of age to receive house arrest. The left-wing Democratic Revolutionary Party (PRD) failed to include a clause excluding those guilty of severe crimes.

The amendment was implemented May 26, 2004, a few months after Miguel Nazar Haro, a former director of Federal Security, was imprisoned. This time, the Judicial Power ruled that the law could be retroactive and Nazar Haro was released November 29, 2004.

Vicente Fox's government also failed to comply with his commitment regarding unveiling of the truth and repairing damage done to the victims.

When the special prosecutor's office was created, Fox declared “I have decided to issue an executive order” that the “government's Ministries ... transfer all information from the National Archive (AGN) relevant to the investigation of past human rights violations and crimes. This information will be available to all interested, according to the rules of law”.

But there was a problem. The federal government did not provide the financial resources the AGN needed to comply with the president's remarks.

The special prosecutor’s office compiled a great deal of information about human rights violations, an essential tool in reconstructing historical truth. It seems logical that these documents ended up at the AGN which houses gigantic records about that period.

The “Interior Ministry Fund” includes the dossiers belonging to the General Directorate of Political and Social Investigations (Dirección General de Investigaciones Políticas y Sociales), a civilian intelligence agency. Unfortunately, they lack an index to facilitate research.

Another concession was made to the security network of the past. In 2002, the AGN received all the records from the Federal Security Directorate (DFS). It is an amazingly well organized file system controlled by a DFS/CISEN archivist who, according to some witnesses, is very selective about the documents he releases.

In short, the information is there but it lacks the resources necessary to study and consult it properly.

Further, the budget that the Mexican government allocates to AGN is ridiculous. While in 2005, the United States designated 552 million dollars, Canada 104 million, Spain 57 million and Chile 21 million to their National Archives, México only allotted 2.9 million dollars.

This amount hasn’t increased during Fox's five years as president. Between 2001 and 2005, the budget remains .93% of the Interior Ministry's. CISEN receives 25.71%. These figures reflect that the new government continues to prioritize security matters to the detriment of revealing historical truths.

The president also ordered that the Interior Minister create an “interdisciplinary committee” in charge of offering “to repair” the damage done to the victims of the past. But the committee was never established and nothing was done to help the victims.

The balances

It is still impossible, today, to evaluate the motivations of the various participants or to know for sure if Fox's government negotiated with the old regime so that the past would not be confronted in a serious manner. It is therefore impossible to know if there was a master plan or a network of individual actions.

Still, we have introduced enough evidence to ascertain that the Mexican government granted a de facto amnesty to the oppressors of the old regime. Why? Probably because the PAN had few victims of the repression and, because the pressure from the armed forces and the PRI outweighed the proposals of human rights groups, which failed to come up with a common agenda with the victims and their relatives. The fact is that the issue lost public interest.

Some consequences are evident. The culture of impunity remains intact, and it has continued to erode and trivialize the culture of human rights and justice, which, in Mexico, have become abused rhetorical concepts gradually emptied of political meaning.

The chance to discover the size and mechanisms of the security apparatus was also lost. CISEN is an example. In an interview for the magazine Proceso, Aguilar Zínser stated that “all information about somebody that has been compiled by intelligence operations, telephone intervention, credit cards, correspondence, personal activities, is dispersed and only retrieved through CISEN´s security codes. But the spider web can only be unraveled by those who know its secrets, and Fox's government did not dare to take control of CISEN, one of his big mistakes”.

His conclusion is worrisome. “I am convinced that CISEN caters to individuals and groups from the old regime”.

The hypothesis of the government official, who in April 2001 was designated coordinator of the Truth Commission and carried out an investigation of CISEN that was never made public, has yet to be confirmed.

The disenchantment evident in his words, however, reflects a lack of hope that is the heritage of this so-called transition government. While other Latin American countries make important steps in the scrutiny of their past, Mexico has neither truth nor justice. Instead, Fox's government conceded a de facto amnesty.

viernes, septiembre 16, 2005

De lo que nos estamos desayunando, por Leonel Arana Guzmán


Este artículo lo envió Leonel Arana Guzmán, un nicaragüense residente en Estados Unidos, en una lista Nicaragua-MNN-unsubscribe@yahoogroups.com que circula por correo electrónico. Me pareció que su reflexión vale la pena, y muy especialmente su comentario de que, a raíz del huracán Katrina, quedó en evidencia "que el Presidente Bush y su familia viven en otro planeta":

Ahora que ya han pasado algunos dias desde el inicio de la tragedia de New Orleans muchas de las circunstancias que nos afectan a todos y que estaban practicamente ocultas o por lo menos semi veladas han quedado ahora totalemente peladas, al descubierto ante la faz del mundo,de todos los que leen los diarios, ya sea el NY Times o el Washington Post, el Times Picayune del mismo N.O. o los mismísimos reductos de la extrema derecha como son el Christian Science Monitor y el Wall Street journal o simplemente ven el CNN o tienen Internet o un pariente que lo haga.

Entre lo que se ha hecho publico y hasta hace dos semanas no sabiamos a ciencia cierta que es importante que sepamos todos y no solamente los habitantes del Golfo se cuenta lo siguiente:

Que Homeland Security no sirve para nada y es mas bien un estorbo. Antes de Katrina todos creiamos que despues de 9/11 el gobierno al crear Homeland Security habia creado una organizacion eficiente capaz de canalizar todos los recursos de esta poderosa nacion ante una emergencia, o varias que se presentaran en forma simultanea. Katrina sin embargo nos ha abierto los ojos y ahora sabemos que HS no es mas que otra capa de burocracia sobre todas las burocracias que ya teniamos y peor aun, que es una burocracia ineficiente cuyos funcionarios no tienen ninguna preparacion en mitigacion de desastres ni en los principios basicos de organizacion y administracion, ya que la inmensa mayoria fueron nombrados simplemente porque durante la campaña electoral anduvieron haciendole propaganda al Presidente Bush.

Que FEMA, la Federal Emergency Management Agency, la agencia creada para directamente enfrentar las crisis que por su envergadura sobrepasen los recursos de un Estado o de un Condado no tiene clara su mision y que la Agencia ha sido usada por la Administracion Bush para darle huesos a sicofantes e incondicionales del Partido Republicano. Tal como pasa en HS, en FEMA los funcionarios estan alli por lamebotas, no por tener conocimientos y experiencias en desastres. Brown, el jefe de FEMA durante Katrina antes habia manejado una feria de caballos y sus lugartenientes tenian menos experiencia que él.

El ejemplo clásico de tanta ineptitud se dio cuando un alcalde de una ciudad innundada logro comunicarse con FEMA usando un telefono de emergencia para pedirles auxilio , diciendoles que llegaran pronto, que tenia el agua al pecho y que toda la ciudad habia sido arrasada por el mar. El funcionario de FEMA que tomó la llamada le dijo que ellos no atendian solicitudes verbales asi que pusiera su pedido por escrito o por lo menos por e-mail.

Otro ejemplo clásico de este caos se dió con la evacuación de N.O. El Alcalde Naggin le pidio a FEMA 500 buses para evacuar a la gente, pero FEMA le respondió que eso le tocaba a la ciudad. De nada le sirvió al Alcalde decir que no tenían choferes, que estos o se habían ahogado o habían huído que por favor le enviara los buses. FEMA contestó que ellos no habían planeado alquilar buses y qe en todo caso como FEMA ahora dependía de H.S. que se los pidiera a ellos.

Que el Presidente Bush y su familia viven en otro planeta. Ahora nos enteramos que ni el Presidente Bush ni su esposa Laura se dieron cuenta de que el huracan Katrina habia pasado por Miami, que despues se habia metido en el Golfo de Mexico y que al final de su curso habia pasado por N.O hasta dos dias despues, cuando ya la ciudad estaba innundada. Sucede que el Presidente se enorgullece de no ver los noticieros de TV y de no leer los diarios, porque tanta informacion dice el lo confunde.
Para complementar el aislamiento en que vive, sus ayudantes no se atreven a darle jamás malas noticias, ya que según dice Time cuando se las dan se pone sarcastico y agrede verbalmente al mensajero y por eso nadie se atrevía a llamarlo a Texas para decirle que debía recortar sus vacaciones y ver lo de N.O por lo cual fue solamente después de pasarse dos dias en discusiones entre ellos que decidieron que fuera el empleado más antiguo el que lo hiciera.

Eso explica porque el Presidente paso por N.O rumbo a Washington a 35 mil pies de altura en el Air Force One y no abrió la boca sobre la tragedia sino hasta 4 dias despues. Su esposa Laura estaba tan mal informada que dijo que ese huracan "Corina" habia sido serio.

Que la prioridad de la Administración Bush es hacerle la bolsa a Halliburton. Esta empresa directamente ligada al VP Cheney es como un gigantesco zopilote que esta siempre volando sobre el pais lista para dejarse caer cuando huele algo podrido y sacarnos la sangre. En la guerra de Irak son los encargados de venderle al ejercito los uniformes, la gasolina, la comida, reparar la infraestructura de ese pais y en fin de contratar, aunque no hacer lo que les caiga. No tienen ningún recurso propio por lo cual actúan simplemente como coimeros, cogen el contrato del gobierno sin licitacion previa y lo subcontratan por una fracción de su valor. En los primeros dias de la guerra recibieron un contrato por 500 millones para darle gasolina al ejercito pero como no tenian los recursos subcontraron todo con una empresa de Kuwait por 50 millones y se embolsaron la diferencia. Los kuwaities fueron, vieron que era peligroso y a su vez subcontrataron con una empresa del mismo Irak que acepto hacerlo por 5 millones.

En N.O. se repitio el patron de comportamiento y ya Bush les autorizó contratos por miles de millones para reparar las instalaciones militares y los diques, sacar el agua, quitar el lodo, recoger los muertos, etc...sin licitacion de por medio y sin ver si Halliburton tiene o no los recursos para hacer algo de eso. El lema parece ser, lo que no es nuestro hagamoslo fiesta.

jueves, septiembre 15, 2005

El Chief de Claudette





El Chief de Claudette

Detuvo el viento, condensó el aire y se adueñó del único haz de luz que brotaba de un pequeño vidrio mal cubierto. Todo lucía opaco, menos él.

Su presencia le robó el brillo a la casa, a los espejos, a las lámparas venecianas, a las sillas art-decó, a los cubiertos de plata con mangos de marfil. El reloj antiguo dejó de sonar, los teléfonos de repicar.

La niña apenas pudo distinguir que en las repisas de las vitrinas y en las cristaleras habían bandejas con dulces, pasteles, frutas frescas.

Los amplios ventanales que daban al jardín estaban clausurados por cortinas de terciopelo rojo; imposible ver las llamas que habrían dejado de desplazarse con garbo, ni la aracanga prisionera en una jaula de bambú, ni las rosas que ella había plantado o las hojas de los árboles que, desnudas de viento, estarían embrujadas en una inmovilidad perfecta.

Dentro y fuera de su casa, la llegada de su legendario tío lo paralizó todo. No en balde le llamaban El Chief.

Como imágenes de un retrato de familia captado por una cámara indiferente, Graciela su madre, de pie entre floreros de cristal de bohemia adornados con claveles y rosas blancas, parecía una estatua de cera; y Ernesto su padre, también de pie, casi tan alto como el legendario visitante, parecía un niño asustado a su lado.

“Ven acá, Princesa, siéntate con tu tío".

Hipnotizada por la cercanía de ese personaje de imponente estampa ataviado de impecable traje militar, Claudette bajó las escaleras de mármol.

Se detuvo en el último escalón. Dibujó la mejor de sus sonrisas y le hizo una pequeña reverencia.

Anastasio Somoza García alargó sus brazos buscando un abrazo y, casi susurrando con una ternura para ella sin precedentes, le dijo:

“Eres más linda que una Princesa. Así te imaginaba, muñeca".

Despedía el olor de los leones, ese olor abrasador, que más que olor es dominio. Igual que los leones, su presencia era inmensa, temible pero adorable.

Apenas tenía labios y masticaba un gruesísimo puro apagado. Era casi totalmente calvo. Una enorme nariz le saltaba en el rostro como estilete deforme, que le permitía respirar no sin cierta dificultad, en un juego silencioso en el que sus diminutos ojos de color indefinido, escondidos bajo escasas cejas grisáceas que habían vivido mejores tiempos, se apropiaban del mundo, protegidos por su mirada de flecha.

Solitaria en ese rostro vetusto, su sonrisa era un pequeño gesto de una ternura amplia.

“Te va a encantar Nicaragua. Es cálido, verde, la gente siempre sonríe contenta, como tú, muñeca".

Sentado en el sillón favorito de su padre, la tuvo sobre sus piernas un buen rato, mirándola con esa misteriosa ternura que ella decidió era patrimonio de los poderosos, de los reyes y seguro que también de los leones con sus crías.

Nunca se había sentido tan protegida, tan a gusto, sentada allí, entre sus rodillas musculosas, mientras él jugaba con uno de sus rizos engomados, con esas sus manos estilizadas, casi femeninas. Parecían de seda, pensó marvillada.

Quizá él adivinó lo que ella estaba pensando.

“Oculta en mi guante de seda tengo una mano de hierro", le dijo, y soltó una carcajada inmensa.

La risa le brotaba palpitante, como una resonancia de su bienestar biológico, el de su sangre.

“Te estaremos esperando con una gran fiesta y así será tu vida en Nicaragua --te lo promete tu Tío Tacho Viejo".

Con la arrolladora impertinencia de los niños, Claudette rompió el embrujo de su monólogo, haciéndole el lugar común de una pregunta:

“¿Por qué te llaman El Chief, si tu nombre es Anastasio?”

La tenía clausurada entre sus piernas. Dejó de reír y su expresión se volvió entre melancólica y desafiante, una extraña combinación de las dos.

“Nadie me lo había preguntado antes. Creo que tiene que ver con la leyenda de mis tres pes: plata al amigo, plomo al enemigo y palo al indiferente. Pero es sólo una leyenda y te debe de tener sin cuidado".

La tuvo sin cuidado, en efecto. Prefirió no distraerse con lo que no entendía. Simplemente lo ignoró. Posiblemente él lo notó e intentó explicarse.

“Soy una leyenda, muñeca. Desde hace mucho, demasiado tiempo, soy el protagonista de una leyenda ancestral; de una raza triunfadora que me conoce como El Jefe, El Chief, en español y en inglés, así como hablamos todos en la familia; pésima costumbre, eso de hablar en dos idiomas, pero así somos".

Todas palabras que para ella sobraban. Ni las entendió, ni le interesaron. Estaba maravillada por el dominio que él había logrado con su sola presencia.

Acostumbrado a escucharse y que lo escucharan, él siguió hablando, ya no contestándole.

“Las cartas que me escribe tu padre en español son infames; las que escribe en inglés, perfectas. Se nota que desde niño estudió en Estados Unidos. Algún día todos podremos estudiar en Nicaragua y escribir bien en español. Por ahora, así somos: mitad en Estados Unidos, mitad en Nicaragua. Ya lo entenderás cuando llegues“.

Más palabras que cayeron en saco roto para ella, que seguía seducida por su pariente que vivía en un castillo en Nicaragua, donde había nacido su padre.

“Pero qué tanta palabrería. Si lo único importante es que vine a prometerte que tu tío Tacho Viejo --nunca El Chief para tí-- te resolverá todo siempre, aún después de muerto. Te doy mi palabra que nunca te faltará nada, que siempre serás feliz. Te lo mereces porque eres de mi sangre. Y eso no es leyenda, muñeca“.

Esas sí fueron palabras mayores que, al ritmo de un adagio perfecto, sellaron su destino sin que ella lo supiera entonces.

El Chief no se quedó mucho tiempo. No tomó té ni comió ninguno de los pastelitos que Graciela su madre había ordenado. Sólo pidió un vaso de agua, y nunca dejó de masticar su puro.

Parecía que había llegado con un sólo propósito y lo había logrado sin mayor esfuerzo --que su sobrina Claudette, de seis años recién cumplidos, se sintiera especial, única; que a él le debería todo, que de él dependería su felicidad y su futuro.

Esa misma noche, como si fuera la pregunta más inocente del mundo, la niña le preguntó a Margarita Debayle, su abuela paterna:

“¿El Tío Tacho Viejo es dueño de toda Nicaragua? ¿Todo es suyo?”

Otra persona se hubiera al menos asombrado con la pregunta de su nieta. Pero a la abuela le pareció lo más normal del mundo.

Estaba feliz de sentirla tan interesada por lo que “algún día podría ser tuyo”, le dijo.

El Chief era su cuñado -esposo de Salvadora (Yoya) Debayle, su hermana mayor-, y por ello, la abuela Margarita se sentía con derecho de dueña, o por lo menos de socia, de la Nicaragua del Tío Tacho Viejo.

Sin hacerse esperar, la abuela tomó un libro de notas y con una finísima pluma dorada antigua, escribió una lista de las propiedades de su “cuñadito”, que parecía saberse de memoria, para dársela a su nieta.

Según su lista, El Chief era dueño de compañías navieras, aéreas, marítimas, ganaderas, cafetaleras, pesqueras y mineras; tenía por lo menos tres fincas de café; era socio mayoritario de la distribuidora de vehículos Mercedes Benz, del único matadero del país y de otras empresas de pesca en una isla cercana a Nicaragua.

También era dueño de Aislite, la empresa que se dedicaba a fabricar poroplast; de Esinca, que elaboraba esponjas para la confección de camas y de Doresta, que distribuía las camas. Y le pertenecía la única cementera de Nicaragua; la única empresa fabricante de aluminio, persianas y cielos rasos; la única línea aérea nacional y la línea encargada del transporte de carga.

Habían más, muchas más que no recordaba en ese momento, pero la abuela le aseguró que el país le pertenecía a él y a su familia, que las incluía a ambas por supuesto. No faltaba más.

Autor: María Lourdes Pallais Copyright © 2005 - Todos los derechos reservados.

miércoles, septiembre 14, 2005

La sociedad civil necesita "un nuevo terremoto para despertar": Cuauhtemoc Abarca (en la foto)


¿Qué pasó con la sociedad civil y su poder transformador después del terremoto de 1985? Analistas y activistas opinan sobre el tema en esta nota.
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De los escombros del terremoto que sacudió la ciudad de México en 1985 y resquebrajó los cimientos de control del sistema surgió una nueva percepción del Estado y de las potencialidades transformadoras de una sociedad organizada que ahora parece haberse esfumado.
Una de las grandes herencias del sismo fue “la legitimación de la participación ciudadana y la conciencia de los derechos sobre la estructura clientelar y corporativa tradicional que mantenía el PRI,” asegura Marco Rascón, miembro y fundador del Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Nadie olvida que, en efecto, la población se encargó del orden en la urbe y encabezó el rescate, mientras el gobierno federal se sumía en el desconcierto y la inactividad. Cientos de ONGs brotaron como hongos.
“La ciudad tomó conciencia de sí misma y avanzó de la emergencia a la reconstrucción hasta la conquista del gobierno propio,” reflexiona Rascón, fundador de la Asamblea de Barrios, una organización popular creada en 1985.
Surgió entonces una camada de líderes ajenos al PRI que, con el paso de los años, se convirtieron en dirigentes políticos y desempeñaron un papel central en la democratización de la Ciudad de México y el crecimiento de la izquierda partidaria.
“El sismo fue un parteaguas porque aparecieron fuerzas de izquierda urbanas que habían permanecido marginadas, que reafirmaron el protagonismo de la capital en el cambio,” recuerda Sergio Aguayo, de Alianza Cívica, una organización fundada en 1994 para fortalecer la participación ciudadana.
Así, la labor humanitaria se politizó y nació uno de los grandes mitos que alimentaron la conducta de la izquierda en el país: las potencialidades transformadoras de la sociedad civil.
A 20 años de distancia, los actores sociales fueron “cooptados” por el PRD capitalino o se incorporaron al gobierno del Presidente Vicente Fox con la expectativa de impulsar un cambio a profundidad que no se cumplió.
“El movimiento popular que creamos en 1985 fue cooptado en gran medida por el PRD,” que gobernó el DF desde 1997 hasta hoy, opina Cuauhtémoc Abarca, el activista ahora dedicado a labores sociales diversas.
Desde entonces, los partidos, incluyendo el PRD, se apropiaron, institucionalizaron y despojaron el “carácter independiente, dinámico y autosuficiente” del esquema de participación popular que surgió en el 85, secunda Rascón.
La población que, para fines de los 80, había alcanzado una elevada conciencia social y mantenía vínculos directos con la política económica, hoy sólo se preocupa por “el clientelismo o la filantropía,” reflexiona el otrora perredista.
“Muchos activistas se convirtieron en agentes inmobiliarios. Hay un proceso de despolitización y pérdida del prestigio que daba anteriormente ser un ciudadano conciente y participativo,” agrega.
En opinión de Aguayo, la sociedad civil “pierde referentes y claridad” en el año 2000 porque la gran mayoría de líderes que surgió poco después del sismo, se incorporó al nuevo gobierno bajo “supuestos equivocados.”
El presidencialismo y centralismo se resquebrajaron para dar lugar a “cacicazgos regionales y a una multiplicidad de pequeños presidentes,” alega Aguayo.
Si bien la sociedad civil sigue existiendo, no logra “dar el brinco a las condiciones creadas por la democracia, atrapada en la cultura de la denuncia y la incidencia del pasado,” añade el politólogo.
Hoy, cubierta bajo “un velo de amnesia” y sumergida “en un proceso de autocomplacencia peligroso”, la sociedad civil está “adormilada” y debilitada.
“Creo que necesita un nuevo terremoto para despertar,” sentencia Abarca.

“Qué lejos nos quedó el gobierno y qué cerca estuvo la gente”



Una nota en conmemoración de los 20 años del terremoto que azotó a la Ciudad de México en 1985.

A las 7 horas con 19 minutos del 19 de septiembre de 1985, un sismo de 8.1 grados en la escala de Richter, sorprendió a la aún soñolienta Ciudad de México, dejando una secuela de dolor, de destrucción y de recuerdos imborrables en la metrópolis y sus habitantes.
“Todo se cayó frente a mis ojos, en cámara lenta, en otra dimensión. El tránsito se detuvo. Los pájaros dejaron de cantar y los perros de ladrar,” recuerda Cuauhtémoc Abarca, residente de Tlatelolco y fundador de una brigada que surgió de manera espontánea en esa zona, una de las más azotadas por el sismo.
“No olvido la imagen de un edificio derrumbándose como una maqueta gigantesca de cartón aplastada por una mano invisible,” cuenta el líder vecinal convertido en rescatista.
En la memoria de Socorro Viveros, una de miles de damnificados en el Centro Histórico, quedó grabado un ruido ensordecedor “como de bombardeos. Creí que eran tanques hasta que vi el techo de la cocina de mi casa desplomado y afuera, todas las viviendas destruidas”, recuerda.
Fueron dos minutos y medio de horror en los que 12 mil 700 edificios colapsaron, la mayoría en Tlatelolco, el Centro Histórico, Tepito, las colonias Roma, Doctores y Calzada de Tlálpan Norte.
“Después del primer impacto, salí a la calle y escuché los gritos desesperados de miles, corriendo sin rumbo y un ruido permanente en el fondo, como la sirena grave de un barco”, expresa Gerardo Arreola, entonces residente de una unidad en Tlatelolco que se partió por la mitad, como un abanico.
El terremoto arrojó un saldo de 45 mil muertos, de acuerdo con la Coordinadora Única de Damnificados (CUD), aunque oficialmente se reconocieron sólo 4 mil 541 víctimas.
“Las cifras oficiales fueron manejadas con mucha frivolidad. Buscaban maquillar la realidad. El gobierno quería pensar que mientras menos muertos hubieran, más exitosa parecería su actuación,” opina Abarca.
Para Marco Rascón, fundador de la Asamblea de Barrios de la Ciudad de México, el sismo evidenció la crisis del paternalismo del sistema, la ineficacia de la clase política y la impunidad gubernamental del gobierno del entonces Presidente Miguel de la Madrid.
A 20 años de distancia de aquella tragedia, aún se advierten tercas cicatrices.
Atrás de la Avenida Juárez, frente a La Alameda Central, permanecen algunos edificios en ruinas. Es penoso caminar por las calles interiores de Tlatelolco. El esplendor de aquellos magníficos edificios de vivienda se perdió para siempre por el evidente abandono de las autoridades y sus actuales moradores.
“Nosotros logramos reconstruir nuestra casa, pero queda la honda cicatriz de la muerte de tanta gente y la ingratitud del gobierno”, recuerda, en palabras entrecortadas, Doña Paula Viveros, de 77 años, madre de Socorro.
Para Arreola, el gobierno fue mucho más que ingrato. “Fue la corrupción, no el sismo” lo que causó la mayoría de los derrumbes, asegura el periodista.
Y es que nunca se procedió contra los responsables de los derrumbes que se hubieran evitado si los edificios hubieran sido contruidos conforme a las normas creadas tras otro sismo, en 1979, coinciden Abarca, Arreola y Rascón.
En México, aunque el Estado es responsable de garantizar una adecuada política de protección civil, no lo fue entonces, ni lo es ahora, recalca Arreola.
En su opinión, al menos en la capital, el sismo no logró crear “el nivel necesario de información oportuna, sistemas escalonados de alerta o métodos de evacuación segura para enfrentar catástrofes naturales”.
Arreola resume en una frase lo que, para él, fue la gran lección del terremoto: “qué lejos nos quedó el gobierno y qué cerca estuvo la gente.”

lunes, agosto 29, 2005

La seducción de la novela

Un comentario sobre la más reciente novela de Gioconda Belli, El Pergamino de la seducción (Seix Barral, 2005)

Autor Nicasio Urbina
urbinan@uc.edu
Dice Milan Kundera en su li bro más reciente Le rideau (Gallimard, 2005) escrito en francés que “en el arte de la novela, desde el principio de su existencia, la composición (la arquitectura) ha adquirido una importancia primordial. Esta importancia excepcional de la composición es uno de los signos genéticos del arte de la novela. Lo distingue de las otras artes literarias, de las piezas de teatro [...] y de la poesía” (180, traducción mía). La composición es uno de los grandes aciertos de El pergamino de la seducción de Gioconda Belli (Seix Barral, 2005), novela tejida por dos narraciones en primera persona que narran dos historias de cierta manera paralelas: la historia de Lucía en el siglo XX en Madrid, y la historia de Juana de Castilla, entre los siglos XV y XVI en Flandes y España. Las dos historias son más o menos lineales, no hay grandes anacronías o cambios temporales en la narración. El relato de Lucía empieza cuando Manuel le propone contarle la historia de la reina Juana, es decir, poco después de haberse conocido. Éste es el grado cero de la historia de Lucía y de la novela en general, ya que todo el resto de la novela es emitido, es generado, desde este momento de enunciación. El pergamino de la seducción es una novela que está construida sobre la promesa de una narración. “Manuel me dijo que me narraría la vida de Juana de Castilla y su locura de amor por su marido Felipe el Hermoso, si yo aceptaba ciertas condiciones” (11). Es decir El pergamino de la seducción es una novela sobre, acerca y en torno al acto de narrar. La condición que Manuel le impone a Lucía es la siguiente: “Quiero que levantes con tu imaginación los escenarios que te describiré, que los veas y te veas en ellos, que te sientas como Juana por unas horas” (11). La condición de Manuel es la misma que la que todo novelista espera de sus lectores. ¿No es esto lo que hacemos cuando leemos una novela? El acto de leer implica una reconstrucción mental del mundo narrado, implica vivir las aventuras y las tragedias de los personajes que palpitan frente a nosotros. El mensaje o la condición que Manuel le impone a Lucía es implícitamente un mensaje a los potenciales lectores de la novela. Somos nosotros al fin y al cabo los que vamos a vernos y sentirnos como Lucía y como Juana por unas horas. La novela, desde sus inicios ha sido un mundo construido con palabras, y no me refiero al hecho evidente que esté escrito con palabras, sino al hecho que sus personajes y sus historias a menudo se sitúan en otros mundos verbales. Don Quijote vive en el mundo de los libros de caballería, James Joyce escribe Ulyses siguiendo paso a paso La Ilíada de Homero, Cien años de soledad está construido en base a otros libros y otros mundos verbales. Por eso cuando Manuel le dice a Lucía: “No te será muy fácil al principio, pero un mundo construido con palabras puede llegar a ser tan real como el haz de luz que ilumina tus manos en este momento” (11), está confirmando el principio fundamental del arte de la novela. Para el escritor argentino Ernesto Sábato, el mundo de la novela es más real, más auténtico y más verdadero, que el mundo de los periódicos, los anuncios luminosos y los discursos patrióticos. En El pergamino de la seducción Gioconda Belli utiliza un juego de narraciones y ecos de narraciones que componen las voces de la novela. “Manuel me dijo que me narraría la vida...” En el decir de Manuel y en la promesa de la narración está la clave de la estructura de la novela. Manuel empieza a contar la historia de Juana, él es el emisor de discurso dictado por el archivo histórico, por la acumulación de datos y de señas, de documentos, de información. Lucía, vestida e investida como Juana, recibe está información y la traduce en una narración en primera persona, a la que le suma los sentimientos, las subjetividades, los placeres y las carencias de Juana. Por el otro lado tenemos la historia de Lucía contada en primera persona: “Mis abuelos me depositaron en el internado regentado por monjas en Madrid un día de septiembre de 1963” (12). Esta historia va alternándose con la historia de Juana y se desarrollan paralelismos entre ambas narraciones. La muchacha huérfana que en el siglo XX, interna en Madrid, conoce a un historiador cuarentón, se enamora y queda embarazada, va a servir como contrapunto a la historia de la princesa que es dada como esposa en virtud de una estrategia política, se enamora, tiene varios hijos que pronto arrebatan de su lado, la nombran reina y nunca le permiten ejercer su poder, y termina prisionera de su propio padre, acusada de locura para desautorizarla. Las dos historias son truculentas, representan a mujeres dominadas por la sociedad patriarcal y falocéntrica, y describen un camino de explotación de la mujer que abarca cinco siglos. En el epílogo de la novela Lucía se va a Nueva York y tiene a su hija. El nuevo mundo anglosajón se presenta como la liberación del mundo opresivo hispánico. La nueva Juana, la hija de Lucía, nace en un mundo distinto, con más libertades para la mujer, con más igualdad de género. Al final de la novela, tenemos otra promesa de narración, esta vez la narración de la novela misma. Lucía afirma en el penúltimo párrafo: “Ahora yo recogeré las memorias de su reino. La colegiala que escribía cartas en el internado con una caligrafía pulcra y redonda, la que se fascinaba con los puentes que urdían sus palabras para sacarla de aquel espacio constreñido, recogerá los hilos, se exorcizará de sus propias tristezas, y escribirá otra historia, otra verdad para desafiar la mentira” (322). Como hemos visto la novela más reciente de Gioconda Belli es una refinada estructura narrativa que juega con las perspectivas, con las voces, con las focalizaciones de la narración. Es su ya vasto programa narrativo Belli ha dado muestras de innovación y apertura, de originalidad y talento, siempre en la vanguardia, abriendo brechas y enfrentando nuevos temas, nuevos acercamientos, nuevos lenguajes; pero siempre ahondando en sus temas centrales y profundos: la situación de la mujer, el control de su cuerpo y su sexualidad, su papel en el escenario público y privado, su innegable derecho a un lugar central en la historia. El autor es Catedrático y Director de Estudios Latinoamericanos en la Universidad de
Cincinnati

domingo, agosto 28, 2005

Fabián Nuñez Nuñez regresa a California con manos vacías

México, Agosto 28. La gira a México del presidente de la asamblea de California, Fabián Nuñez, provocó escaso interés en los medios nacionales, fue casi invisible para el Poder Legislativo y no disipó el malestar de las medidas percibidas como “anti-mexicanas” sobre los estados de emergencia declarados en Arizona, Nuevo México y propuesta para California por él.
Núnez, el primer político californiano de alto nivel que visita México en cinco años y sostiene una “excelente” reunión con el Presidente Vicente Fox, buscaba revertir el reciente deterioro en las relaciones políticas entre el gobierno de ese estado y este país, tras el rechazo del Gobernador Arnold Schwarzenegger hacia los indocumentados.
Pocos entendieron cuando Núñez explicó que el decreto de emergencia propuesto es un asunto entre California y la administración de George W. Bush para que el gobierno federal ayude a "asegurar que el Estado reciba la parte justa del financiamiento" por el encarcelamiento de inmigrantes ilegales.Nadie, o pocos en México, saben que Núñez – quien nació en Tijuana, promueve la creación de una reforma migratoria que permita legalizar a millones de mexicanos que trabajan ilegalmente en Estados Unidos, y que condena a los grupos anti-inmigrantes como el Proyecto Minuteman.
Los tres días que Nuñez estuvo México pasaron casi inadvertidos por la prensa, la sociedad y los políticos de peso, al margen de su reunión con el Jefe del Ejecutivo, con el Secretario de Relaciones Exteriores Luis Ernesto Derbez y con unos 20 empresarios.
Analistas políticos coincidieron en que la falta de interés de la gira de Nuñez refleja la distancia entre México y su vecino distante, Estados Unidos.
En opinión de Sergio Aguayo, investigador del Colegio de México, la visita de Nuñez, que pretendía "reforzar las relaciones" entre California y México, y defender su propuesta de declarar el estado de emergencia en la frontera entre la entidad y este país, fue “ignorada” por la sociedad mexicana.
“La poca atención que recibió Nuñez, una figura clave en su Estado, ilustra la distancia que aún hay por recorrer para que se entiendan las peculiaridades políticas entre ambos países”, aseguró el también periodista en declaraciones hechas a HOY.
“Nuñez es recibido por Fox, pero ignorado por la sociedad y marginado por el Poder Legislativo porque desconocemos el enorme peso que un personaje con su trayectoria tiene en las decisiones que se toman en Washington,” enfatizó el experto.
La gira del asambleísta demócrata no logró cambiar la percepción de que los estados de emergencia implementados en Nuevo México y Arizona, y propuesto por él para California, son “medidas anti-mexicanas,” concluyó Aguayo
En palabras del analista Adolfo Sánchez Rebolledo, era imposible que “la clase política (mexicana) en general se trague -o acepte tragarse- la idea de que el ´estado de emergencia´ beneficia a México, aunque las maquiavélicas razones de Nuñez sean rotundas.”
Para Raúl Trejo Delarbre, del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, “llama la atención el escaso interés que los medios mexicanos le han dado” a la gira privada de Núñez a México.
Al margen del casi nulo interés de la prensa y de la sociedad en México a la visita de Nuñez, Trejo Delarbre aventuró “dos lecturas” que se desprenden de la gira del demócrata de California.
En declaraciones a HOY, el analista aseguró que, en primera instancia, “es claro que los asuntos mexicanos y especialmente los asuntos de los mexicanos en Estados Unidos tienen un sitio insoslayable en la agenda política, sobre todo al sur del vecino país.”
Agregó que “es natural, entonces, que dirigentes políticos como Núñez vengan a México y busquen con las autoridades mexicanas una interlocución directa.”
Y es que “el tema migratorio sigue pesando y su frecuente posposición no hace sino aumentar la urgencia para que se le atienda con seriedad y con una mirada de largo plazo,” expresó el analista.
Pero, en su opinión, la propuesta de Nuñez de instalar un estado de emergencia en California no es una iniciativa “útil” y “resulta una vía bastante heterodoxa, para decirlo de alguna manera, entre los intentos para insistir en la importancia del tema migratorio.”
Lo que urge para resolver el problema de los indocumentados que ha creado fricciones serias entre California y México no “es publicidad ni llamar la atención sino propuestas precisas”, y la visita de Nuñez falló en todo ello, dijo Trejo Delarbre.
A pesar de que el congresista californiano tuvo una “excelente” reunión con Fox, y otra menos publicitada con Derbez y con unos 20 empresarios, para los representantes del Poder Legislativo, de juzgar por la falta de información distribuida, su gira fue un asunto marginal, casi invisible.
En conclusión, Nuñez falló en su intento por cambiar la percepción en México de que la instalación de un estado de emergencia en California es “una exhortación para cerrar la frontera y adjudicarle la responsabilidad y la culpa sólo a México.”
Pero Nuñez, quien regresó a California ayer con las manos vacías, aseguró que “continuará trabajando con el gobernador Arnold Schwarzenegger para facilitar encuentros oficiales, tanto con sus contrapartes mexicanos, como con otros funcionarios del gobierno que encabeza Vicente Fox.”


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jueves, agosto 25, 2005

México a punto de convertirse en el basurero electrónico de Estados Unidos



Tras el auge de la industria electrónica y la creciente importación de equipo de cómputo usado de Estados Unidos, México, país que carece de la infraestructura adecuada para disponer de esos desechos tóxicos, está a punto de convertirse en el tiradero electrónico del vecino país.
“Las montañas de estos productos electrónicos obsoletos están creciendo en proporciones tales que pronto se desencadenará una crisis, a menos que las corporaciones de la industria electrónica, que se benefician de la fabricación y venta de estos aparatos, enfrenten sus responsabilidades”, advirtió Marisa Jacott, responsable de la campaña de tóxicos de la organización ambientalista Greenpeace.
En entrevista con Xinhua, la experta aseguró que para el año 2010 el número de mexicanos con computadoras llegará a los 40 millones y, como consecuencia del desarrollo de la industria, pronto se desatará una explosión de basura tóxica que contiene químicos peligrosos y metales pesados.
En México, cada año cientos de miles de viejas computadoras y celulares son depositados en tiraderos a cielo abierto exponiendo a los trabajadores de las maquiladoras de electrónicos a sustancias y solventes usados en la producción.
Así, mientras los responsables de resolver y regular el tema se hacen de la vista gorda, esta nueva basura se acumula a pasos agigantados en México.
Guste o no, México ya enfrenta el problema de la chatarra electrónica, pero aún no existe información confiable sobre las toneladas mensuales que se tiran a los basureros del país, mucho menos del número de equipos que se encuentran obsoletos.
“Los países en desarrollo como México estamos afectados fundamentalmente por lo que es la manufactura y el ensamble de este tipo de industria electrónica. En México se fabrican un numero importante de computadoras y teléfonos celulares para el mercado latinoamericano”, enfatizó Jacott.
En efecto, en toda la geografía mexicana existen más de 600 establecimientos y alrededor de 361 mil empleados en esa industria, de acuerdo con cifras de la Cámara Nacional de Industria Electrónica, de Telecomunicaciones e Informática (Canieti).
Pero Rogelio Garza Garza, director de esa entidad que congrega a empresas operadoras y proveedores de equipo de telecomunicaciones en México, no parece preocupado.
Aunque aceptó que es cierto que en México no existen cifras confiables sobre la cantidad de chatarra electrónica que recibe, en su opinión, el peligro de contaminación no es inminente porque la penetración de la tecnología en el país es baja por ahora.
“Es importante mencionar que en México, hoy en día no se llega aún a esos niveles (de basura tóxica), debido a dos factores: primero, la penetración de la tecnología que es mucho más baja y segungo, existe un mercado secundario y terciario para muchos de los productos electrónicos.”
Además, en su opinión, la industria que genera este tipo de productos “está trabajando en la regulación que pretende crear programas de recolección de material, para que no se convierta en un problema“.
A la pregunta de qué medidas concretas está tomando la industria en México para impedir que el país se convierta en un basurero electrónico de Estados Unidos, Garza respondió:
“Al día de hoy, existe una regulación adecuada para controlar un potencial problema de residuos electrónicos. Actualmente para importar a México equipo de cómputo hay procedimientos y normas.”
Al margen de estos trabajos, “las empresas del sector cuentan hoy con diversos programas voluntarios en los que ayudan a los grandes usuarios de tecnología, quienes pudieran producir el mayor número de estos residuos, a manejarlos de una manera ambientalmente responsable y de acuerdo a sus políticas a nivel mundial,” agregó Garza.
Aunque a fines del 2003, Garza se pronunció preocupado porque “el 2004 sea el inicio de una etapa de acercamiento barato y confiable a las nuevas tecnologías y no una pesadilla”, hoy aseguró que la tendencia apunta “a un acercamiento de tecnologías a bajo costo y confiables (...) cada vez con menos daños al ambiente ecológico.”
En ese entonces, el director general de la Canieti alertó:
“No nos vayamos a convertir en un basurero de Estados Unidos, el mercado de Estados Unidos de computadoras va arriba de los 83 mil millones de dólares, con uno por ciento que deseche, que desecha mucho más, nos inunda”.
Hoy, en entrevista con Xinhua, Garza recordó sus palabras, pero aseguró que la industria electrónica “está trabajando” para regularizar los lineamientos e impedir que México se convierta en el basurero del vecino país.
“Ya estamos trabajamos en la norma de equipo usado, esa ya está en la Dirección General de Normas y estará próxima a que sea publicada, “ dijo.
Las normas, cuyos detalles Garza no precisó, pretenden “prevenir que México se convierta en un tiradero electrónico, así como prevenir que se genere un ambiente de competencia entre los que venden computadoras en México y los que importan para que tengan en la mira ofrecer garantías o refacciones“, dijo.
Mientras tanto, Greenpeace mantiene una alerta roja sobre la crisis que generan los basureros electrónicos a nivel global, pues la cantidad de esos productos desechados por los países de todos los continentes se ha disparado en los años recientes.
Los registros de Greenpeace confirman que cada año se generan entre 20 y 50 millones de toneladas de residuos en el mundo.
La organización ambientalista estima que el cinco por ciento de toda la basura sólida municipal en el mundo es electrónica (e-waste), “lo que equivale a casi la misma cantidad de basura que se genera por plásticos utilizados en el ambalaje”.
El problema de la chatarra electrónica no es exclusivo de los países desarrollados y como ejemplo, Greenpeace señala a Asia, donde se desecha cada año apróximadamente 12 millones de toneladas de productos electrónicos.
En la actualidad, la basura electrónica es un componente creciente de la basura municipal, pues las personas cambian cada día con mayor frecuencia que antes sus celulares, computadoras, televisiones, equipos de audio, impresoras, entre otros.
En Europa, por ejemplo, la basura electrónica se incrementa entre tres y cinco por ciento cada año, casi tres veces más rápido que todo el flujo de basura.
En los próximos cinco años, se estima que los países en desarrollo triplicaran su producción de este tipo de desechos”, de acuerdo con Greenpeace.
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